3/05/2020, 23:28
—Ah, sí, ¿eh? Bueno, tienes razón, nos debemos un buen combate —concordó el Uchiha, pero entonces se mostró desconcertado ante las palabras de Ayame—. Oye, ¿gigantes tampoco? ¡Pero si el mío es una chulada!
—Sí... chulo es... —murmuró Ayame, torciendo el gesto. Era chulo cuando estaba en tu bando, luchando a tu lado. Cuando te tenías que enfrentar a él no resultaba tan chulo. Y la kunoichi recordaba a la perfección la frustración que había sentido sumada a toda aquella rabia.
—Bueno, tu gigante da bastante miedo, dejémoslo ahí —añadió Daruu, con una carcajada—. Para ti tiene que ser una chulada. Pero yo no le llamaría gigante. Yo le llamaría... demonio. En fin. Creo que va siendo hora que nos retiremos, ¿no? ¿U os apetece hacer alguna cosa más?
—Pues la verdad es que no... No le puedo dar más consejos a Datsue, deberá seguir practicando con el Bijū Bunshin por su cuenta hasta que lo perfeccione, como hice yo. ¡Así un día podrá enseñarme la verd...! —exclamó, pero se interrumpió a mitad de frase, pálida como la luna. Ya no sabía si quería ver a Shukaku en su verdadera forma.
—Hostia, ¿sabéis lo que estaría guapo un día? —añadió Daruu, súbitamente emocionado—. Un combate entre los tres.
Pero Ayame no compartió su entusiasmo. De hecho, se estremeció de puro terror. Si ya le costaba enfrentarse al Byakugan, si jamás había conseguido vencer a un Sharingan, ¿qué podía hacer contra ambos al mismo tiempo? Sólo sería carne de cañón para los dos.
—Sí... chulo es... —murmuró Ayame, torciendo el gesto. Era chulo cuando estaba en tu bando, luchando a tu lado. Cuando te tenías que enfrentar a él no resultaba tan chulo. Y la kunoichi recordaba a la perfección la frustración que había sentido sumada a toda aquella rabia.
—Bueno, tu gigante da bastante miedo, dejémoslo ahí —añadió Daruu, con una carcajada—. Para ti tiene que ser una chulada. Pero yo no le llamaría gigante. Yo le llamaría... demonio. En fin. Creo que va siendo hora que nos retiremos, ¿no? ¿U os apetece hacer alguna cosa más?
—Pues la verdad es que no... No le puedo dar más consejos a Datsue, deberá seguir practicando con el Bijū Bunshin por su cuenta hasta que lo perfeccione, como hice yo. ¡Así un día podrá enseñarme la verd...! —exclamó, pero se interrumpió a mitad de frase, pálida como la luna. Ya no sabía si quería ver a Shukaku en su verdadera forma.
—Hostia, ¿sabéis lo que estaría guapo un día? —añadió Daruu, súbitamente emocionado—. Un combate entre los tres.
Pero Ayame no compartió su entusiasmo. De hecho, se estremeció de puro terror. Si ya le costaba enfrentarse al Byakugan, si jamás había conseguido vencer a un Sharingan, ¿qué podía hacer contra ambos al mismo tiempo? Sólo sería carne de cañón para los dos.