3/05/2020, 23:57
Para sorpresa de Ayame, y quizás también de Daruu, Datsue se negó en rotundo:
—Ah, no. No, no, no, no. ¡No! ¿Sabéis qué pasó la última vez que hice un combate a tres con dos colegas? ¡Que los cabrones vinieron juntos a por mí! ¡Consiguieron inmovilizarme y mientras no podía ni moverme, van y me atacan, los dos, directamente a la cara! ¡A la cara! —gritó, lleno de rabia, y Ayame tuvo que taparse la boca para contener la risa y no ofenderle. ¡Quién le iba a decir que Uchiha Datsue era tan sensible con su cara!—. No sé, eh, Daruu. No sé. Yo guardo muy mal recuerdo.
Pero Daruu no se contuvo, se rio a carcajada limpia y le dio una palmada amistosa en la espalda:
—Me imagino que porque eras el más fuerte de los tres. A mi me parece bastante justo. Pero no me jodas, tío, si tiene que estar guay, ¡enróllate!
»En fin, Ayame. ¡Tenemos que descansar un poco! Que dentro de nada son los combates. Me hace ilusión, ¿sabes? Esta vez se viene Chiiro también a verlos. Dice que está deseándolo. No sé qué súbito interés le ha dado por ellos pero mira.
—¿Vendrá Chiiro? —repitió Ayame, con renovada ilusión—. ¡Genial! ¡Hace mucho que no la veo!
»En ese caso... mucha suerte con los combates. Y que gane el mejor.
—Ah, no. No, no, no, no. ¡No! ¿Sabéis qué pasó la última vez que hice un combate a tres con dos colegas? ¡Que los cabrones vinieron juntos a por mí! ¡Consiguieron inmovilizarme y mientras no podía ni moverme, van y me atacan, los dos, directamente a la cara! ¡A la cara! —gritó, lleno de rabia, y Ayame tuvo que taparse la boca para contener la risa y no ofenderle. ¡Quién le iba a decir que Uchiha Datsue era tan sensible con su cara!—. No sé, eh, Daruu. No sé. Yo guardo muy mal recuerdo.
Pero Daruu no se contuvo, se rio a carcajada limpia y le dio una palmada amistosa en la espalda:
—Me imagino que porque eras el más fuerte de los tres. A mi me parece bastante justo. Pero no me jodas, tío, si tiene que estar guay, ¡enróllate!
»En fin, Ayame. ¡Tenemos que descansar un poco! Que dentro de nada son los combates. Me hace ilusión, ¿sabes? Esta vez se viene Chiiro también a verlos. Dice que está deseándolo. No sé qué súbito interés le ha dado por ellos pero mira.
—¿Vendrá Chiiro? —repitió Ayame, con renovada ilusión—. ¡Genial! ¡Hace mucho que no la veo!
»En ese caso... mucha suerte con los combates. Y que gane el mejor.