5/05/2020, 20:44
Hana se llevó ambas manos a la boca, estupefacta. Aún sabiendo que iba a estar mona, sencillamente, era demasiado. También era tan antinatural en Ren, que parecía una parodia de sí misma. Pero al girarse, la sangre se le acumuló en las mejillas por la vergüenza, dandole el brillo que le faltaba para enrojecer las de la rubia en respuesta.
La pobre era de corazón débil y observar tal despliegue de belleza hizo que se amedrentara un poco. Y eso que solo le había cambiado el peinado, si algún día conseguía que vistiese algo minimamente colorido, igual no lo contaba.
— Biiiiieeeeen. — consiguió decir cuando sus pulmones volvieron a hacer su función y a coger aire. — ¡Estás monisima! ¡Ay! No puedo más.
Primero llevó las manos a las coletas, repasandolas levemente y después a las mejillas de la amejin. Finalmente apartó las manos y la mirada.
— No, no puedo. Demasiado mona para mí. Siento que se me derrite el corazón.
La pobre era de corazón débil y observar tal despliegue de belleza hizo que se amedrentara un poco. Y eso que solo le había cambiado el peinado, si algún día conseguía que vistiese algo minimamente colorido, igual no lo contaba.
— Biiiiieeeeen. — consiguió decir cuando sus pulmones volvieron a hacer su función y a coger aire. — ¡Estás monisima! ¡Ay! No puedo más.
Primero llevó las manos a las coletas, repasandolas levemente y después a las mejillas de la amejin. Finalmente apartó las manos y la mirada.
— No, no puedo. Demasiado mona para mí. Siento que se me derrite el corazón.