18/05/2020, 19:33
—¡Oh! Parece que Datsue-san ha tenido suerte —le comento a su sensei mientras veía a los voluntarios descender a la arena.
Tanto Kazuma como Juro habrían podido escuchar del publico aquello de que la prueba parecía ser en grupo. Alguno de los otros participantes habían comenzó a correr como locos, buscando quien quisiese unirse a su equipo. Otros, habían tratado de imitar el método del shinobi, esperando que en aquella competición hubiese gente más dispuesta a participar que a mirar.
Por fin, luego de un tiempo prudencial para que los supuestos equipos se organizaran, y cuando ya era una hora pasado el mediodía, apareció el juez de la prueba. Era un hombre de abundante barba castaña, salpicada de canas y desordena, fornido y con un aire un tanto alegre. Llevaba en su mano un pergamino que leía a intervalos y que parecía estar tratando de memorizar.
—Buenas, compañeros, ¿Cómo les va? —dijo de pronto, arrojando a un lado de la tarima el pergamino y poniendo su mejor cara de sonriente bonachón—. Soy Awara Kisaburo, aunque los competidores quizá me conozcan como Cooper (ese es mi apodo en la herrería)…
Sin duda había gente que le conocía, había sido ocho veces ganador del evento hacia bastantes años. Nunca se había jactado de ello, pues por aquel entonces era algo mucho más informal y lejano a tener el nivel que ahora estaba presenciando. Aun así, se le consideraba un maestro forjador, y tenía la experiencia y habilidades para merecer dicho estatus.
—Miren, yo lamento todo el improviso de esto de tener que armar equipos, pero así es el trabajo… —dijo con una amplia sonrisa—. Recuerdo que una vez tenía un pedido muy importante encima; pero por la ciudad paso arrasando una epidemia y casi todos mis trabajadores quedaron fuera de combate… Que días tan duros… En fin, que la idea es que los mejores siempre consiguen resolver de alguna manera.
»Estoy seguro de que la prueba será divertida, pero no la tomen a la ligera… Antes de comenzar, necesitaré que hagan un diseño de un arma. Puede ser cualquiera que les plazca, pero piénsenla con cuidado, no vaya a ser que resulte inadecuada para lo que vendrá después… Tienen, algo así como una hora, o en lo que yo termino de almorzar, para terminar el diseño.
—¿Diseñar? Bueno, parece algo bastante sencillo, ¿no? —interrogo a su sensei, quien era mejor discerniendo lo fácil de lo que solo lo era aparentemente.
Tanto Kazuma como Juro habrían podido escuchar del publico aquello de que la prueba parecía ser en grupo. Alguno de los otros participantes habían comenzó a correr como locos, buscando quien quisiese unirse a su equipo. Otros, habían tratado de imitar el método del shinobi, esperando que en aquella competición hubiese gente más dispuesta a participar que a mirar.
Por fin, luego de un tiempo prudencial para que los supuestos equipos se organizaran, y cuando ya era una hora pasado el mediodía, apareció el juez de la prueba. Era un hombre de abundante barba castaña, salpicada de canas y desordena, fornido y con un aire un tanto alegre. Llevaba en su mano un pergamino que leía a intervalos y que parecía estar tratando de memorizar.
—Buenas, compañeros, ¿Cómo les va? —dijo de pronto, arrojando a un lado de la tarima el pergamino y poniendo su mejor cara de sonriente bonachón—. Soy Awara Kisaburo, aunque los competidores quizá me conozcan como Cooper (ese es mi apodo en la herrería)…
Sin duda había gente que le conocía, había sido ocho veces ganador del evento hacia bastantes años. Nunca se había jactado de ello, pues por aquel entonces era algo mucho más informal y lejano a tener el nivel que ahora estaba presenciando. Aun así, se le consideraba un maestro forjador, y tenía la experiencia y habilidades para merecer dicho estatus.
—Miren, yo lamento todo el improviso de esto de tener que armar equipos, pero así es el trabajo… —dijo con una amplia sonrisa—. Recuerdo que una vez tenía un pedido muy importante encima; pero por la ciudad paso arrasando una epidemia y casi todos mis trabajadores quedaron fuera de combate… Que días tan duros… En fin, que la idea es que los mejores siempre consiguen resolver de alguna manera.
»Estoy seguro de que la prueba será divertida, pero no la tomen a la ligera… Antes de comenzar, necesitaré que hagan un diseño de un arma. Puede ser cualquiera que les plazca, pero piénsenla con cuidado, no vaya a ser que resulte inadecuada para lo que vendrá después… Tienen, algo así como una hora, o en lo que yo termino de almorzar, para terminar el diseño.
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—¿Diseñar? Bueno, parece algo bastante sencillo, ¿no? —interrogo a su sensei, quien era mejor discerniendo lo fácil de lo que solo lo era aparentemente.
![[Imagen: aab687219fe81b12d60db220de0dd17c.gif]](https://i.pinimg.com/originals/aa/b6/87/aab687219fe81b12d60db220de0dd17c.gif)