20/05/2020, 20:53
(Última modificación: 20/05/2020, 20:55 por Himura Hana. Editado 1 vez en total.)
Por mucha luz que empezase a entrar, Hana no parecía siquiera inmutarse por ella mientras que Ren empezaba a encontrar difícil seguir durmiendo. No por nada el sueño de la rubia era inducido.
La puerta no tardó en abrirse. Unos pasos no tardaron en ir hasta la cortina que separaba la penumbra de la visión clara y abrirla de par en par. El enfermero retrocedió al ver que había una kunoichi de más en esa habitación, la misma a la que había tenido que echar el día anterior por intentar entrar demasiado tarde. Solo permitían pasar la noche a la familia y en la ficha de Hana no constaba ninguna hermana.
Sin embargo, ahí estaba, recostada sobre el cuerpo inerte de la uzujin. Se acercó a ella, dispuesto a echarle una buena reprimenda. La destapó de inmediato, quitandole esa manta que ni siquiera era del hospital. El hombre tenía el pelo negro, corto y vestía una bata verde que le identificaba como enfermero, no como doctor. Tendría una fuerza similar a la de Ren y una voz profunda. Su mirada oscura miraba a la amejin con indignación.
— Pero, niña, ¿se puede saber como has entrado?
Hana pareció reaccionar a la voz, pero solo para girar levemente la cabeza, balbucear algo en sueños y seguir a lo suyo.
La puerta no tardó en abrirse. Unos pasos no tardaron en ir hasta la cortina que separaba la penumbra de la visión clara y abrirla de par en par. El enfermero retrocedió al ver que había una kunoichi de más en esa habitación, la misma a la que había tenido que echar el día anterior por intentar entrar demasiado tarde. Solo permitían pasar la noche a la familia y en la ficha de Hana no constaba ninguna hermana.
Sin embargo, ahí estaba, recostada sobre el cuerpo inerte de la uzujin. Se acercó a ella, dispuesto a echarle una buena reprimenda. La destapó de inmediato, quitandole esa manta que ni siquiera era del hospital. El hombre tenía el pelo negro, corto y vestía una bata verde que le identificaba como enfermero, no como doctor. Tendría una fuerza similar a la de Ren y una voz profunda. Su mirada oscura miraba a la amejin con indignación.
— Pero, niña, ¿se puede saber como has entrado?
Hana pareció reaccionar a la voz, pero solo para girar levemente la cabeza, balbucear algo en sueños y seguir a lo suyo.