23/05/2020, 16:43
Toc, toc, toc.
—¿Uh?
Ayame cerró el grifo de la ducha y aguzó el oído. ¿Habían sido imaginaciones suyas o alguien había llamado a la puerta? Con el cabello chorreando, aguardó con el corazón en un puño, pero los toques no volvieron a producirse. Pero no se quedó a gusto sin comprobarlo. Afortunadamente, ya había terminado de ducharse por lo que salió a toda prisa y se secó y vistió con la misma celeridad con una camiseta de tirantes simple y unos pantalones cortos. No se secó el pelo, se limitó a escurrirlo al máximo y después dejó que cayera sobre sus hombros y su espalda; como tampoco le dio tiempo a cubrir los numerosos cortes que lucía en las manos con nuevas tiritas. Simplemente. salió del cuarto de baño y abrió la puerta principal de su dormitorio.
No había nadie allí.
Pero escuchaba pasos que se alejaban.
—D... ¿Daruu? —alzó la voz, al verle en la distancia en el pasillo de Nishinoya.