26/05/2020, 12:29
— No me dejes, Ren, no quiero estar sola quiero estar contigo. Perdóname, perdóname. — volvió a abrir los ojos, brillantes por el llanto para clavar la mirada en su hermana.
— ¿Cómo te voy a dejar sola? ¿Qué clase de hermana sería si hiciera...? — pausó un momento, recordando la estúpida pataleta que tuvo sin ningún motivo por culpa suya; y carraspeó suavemente. — Bueno, dejémoslo entonces en que las dos somos unas cabezas huecas — añadió con una risa nerviosa.
Hizo entonces un suave gesto, para volver a ofrecerle lo que le quedaba en el vaso y cuando lo acabara; pasarle una servilleta con delicadeza por los labios y los alrededores de los ojos. Estaba claro que tanto tiempo con Hana comenzaba afectarle, y actuaba de forma más delicada con el tiempo; eso y que le daba miedo romperla sin querer como si una muñeca de porcelana se tratase.
— ¿Cómo te voy a dejar sola? ¿Qué clase de hermana sería si hiciera...? — pausó un momento, recordando la estúpida pataleta que tuvo sin ningún motivo por culpa suya; y carraspeó suavemente. — Bueno, dejémoslo entonces en que las dos somos unas cabezas huecas — añadió con una risa nerviosa.
Hizo entonces un suave gesto, para volver a ofrecerle lo que le quedaba en el vaso y cuando lo acabara; pasarle una servilleta con delicadeza por los labios y los alrededores de los ojos. Estaba claro que tanto tiempo con Hana comenzaba afectarle, y actuaba de forma más delicada con el tiempo; eso y que le daba miedo romperla sin querer como si una muñeca de porcelana se tratase.