28/05/2020, 16:01
— Pero sigue dandome tú de comer, que estoy malita. — Ren sonrió con duda y preocupación. Parecía estar tomándole el pelo; pero si quería seguir con aquel rollo de princesa dolida y desvalida, lo aceptaría sin más miramientos.
— Hai, hai. Hime-sama — respondió mientras cortaba un trozo de manzana, para ofrecerselo con inocencia.
Era extraño, pero tampoco le importaba; se sentía en calma consigo misma y ya había entrenado bastante los días anteriores. Como no le avisaron hasta el último momento, quería estar preparada para su siguiente combate; aunque ahora tenía incluso más tiempo para entrenarse.
— Hai, hai. Hime-sama — respondió mientras cortaba un trozo de manzana, para ofrecerselo con inocencia.
Era extraño, pero tampoco le importaba; se sentía en calma consigo misma y ya había entrenado bastante los días anteriores. Como no le avisaron hasta el último momento, quería estar preparada para su siguiente combate; aunque ahora tenía incluso más tiempo para entrenarse.