28/05/2020, 23:42
— ¿Ren? ¿Estás bien? Estás roja. ¿Quieres otro abrazo de mejillas? ¿Eh? ¿Eh? — animó Hana alzando los brazos en dirección a Ren.
No apartaba la mirada de Ren. De sus ojos, de sus manos, de su destreza con el cuchillo para cortar un simple trozo de fruta, toda ella rezumaba puro interes para la rubia. Como si cada pequeño detalle fuese algo completamente nuevo y fascinante.
La intensidad de su mirada no hacia más que aumentar, mientras se sorprendía y así lo expresaba su rostro con cada corte o cada leve movimiento de manos de la espadachina.
— Se nota que sabes usar las manos. Yo soy más torpe que una vaca con las espadas. — las comparaciones no estaban en su punto álgido tampoco.
No apartaba la mirada de Ren. De sus ojos, de sus manos, de su destreza con el cuchillo para cortar un simple trozo de fruta, toda ella rezumaba puro interes para la rubia. Como si cada pequeño detalle fuese algo completamente nuevo y fascinante.
La intensidad de su mirada no hacia más que aumentar, mientras se sorprendía y así lo expresaba su rostro con cada corte o cada leve movimiento de manos de la espadachina.
— Se nota que sabes usar las manos. Yo soy más torpe que una vaca con las espadas. — las comparaciones no estaban en su punto álgido tampoco.