2/06/2020, 18:51
Había decidido que para aquella "final" entre comillada, ella sería la que tomase la iniciativa. En sus otros dos combates había tenido que jugar a la defensiva, bueno, el primero igual no tanto, pero el segundo se lo había pasado huyendo de Reiji, que iba una y otra vez detrás de ella. Ahora le tocaba a ella presionar, le tocaba ser la bestia, cazar a su presa y asalvajarse.
Pero claro, una cosa era pensarlo la semana antes, estando en la cama de hospital más aburrida que una ostra. Y otra era entrar en el escenario, ver que el estadio estaba a reventar de gente que aunque no quieren ver tu combate porque a lo maximo que aspiras es al tercer puesto, pues están ahí.
Hana entró como siempre, saludó con una leve reverencia hacia su kage y su villa y se dirigió a su sitio en el ring. Al otro lado había un chico escualido, palido, incluso más que Ren, y que casi parecía estar enfermo con ese aspecto. Pero la uzujin había conocido a suficientes ninjas de Amegakure para saber que todos eran palidos como la nieve. Normal si vives en un sitio donde siempre llueve.
-Taka Kisame, AmegakureQue gane el mejor -
Le devolvió la reverencia y la presentación, algo sorprendida pues sus anteriores combates habían sido de todo menos corteses.
— Himura Hana, Uzushiogakure. Encantada, Kisame-san. Que gane el mejor, por supuesto.
Decidió probar suerte con el combate cuerpo a cuerpo, viendo el aspecto del shinobi, aunque tal vez estaba lanzandose de cabeza a una trampa. Tampoco tenía ninguna idea mejor en mente.
Les separaban unos seis metros y no parecía que el amejin fuese a atacar, así que Hana decidió adelantarse. Cargó chakra en sus piernas y voló en dirección a su oponente con el pie delante, dispuesta a impactarle en el pecho.
Pero claro, una cosa era pensarlo la semana antes, estando en la cama de hospital más aburrida que una ostra. Y otra era entrar en el escenario, ver que el estadio estaba a reventar de gente que aunque no quieren ver tu combate porque a lo maximo que aspiras es al tercer puesto, pues están ahí.
Hana entró como siempre, saludó con una leve reverencia hacia su kage y su villa y se dirigió a su sitio en el ring. Al otro lado había un chico escualido, palido, incluso más que Ren, y que casi parecía estar enfermo con ese aspecto. Pero la uzujin había conocido a suficientes ninjas de Amegakure para saber que todos eran palidos como la nieve. Normal si vives en un sitio donde siempre llueve.
-Taka Kisame, AmegakureQue gane el mejor -
Le devolvió la reverencia y la presentación, algo sorprendida pues sus anteriores combates habían sido de todo menos corteses.
— Himura Hana, Uzushiogakure. Encantada, Kisame-san. Que gane el mejor, por supuesto.
Decidió probar suerte con el combate cuerpo a cuerpo, viendo el aspecto del shinobi, aunque tal vez estaba lanzandose de cabeza a una trampa. Tampoco tenía ninguna idea mejor en mente.
Les separaban unos seis metros y no parecía que el amejin fuese a atacar, así que Hana decidió adelantarse. Cargó chakra en sus piernas y voló en dirección a su oponente con el pie delante, dispuesta a impactarle en el pecho.