2/06/2020, 21:40
Hana había conseguido tumbar del todo el respaldo de la camilla, dejandola completamente boca arriba, y estaba contando cosas en el techo. Giró la cabeza a la puerta cuando oyó que se abría.
— ¡Ren! — exclamó levantando ambos brazos.
Intentó sentarse, no pudo. Siguió intentandolo, aunque claramente, sin un respaldo en el que apoyarse, con la pierna inmovilizada y la edad mental de cinco años, iba a ser casi imposible. Siguió estirando los brazos al aire.
— No podo, Ren.
— ¡Ren! — exclamó levantando ambos brazos.
Intentó sentarse, no pudo. Siguió intentandolo, aunque claramente, sin un respaldo en el que apoyarse, con la pierna inmovilizada y la edad mental de cinco años, iba a ser casi imposible. Siguió estirando los brazos al aire.
— No podo, Ren.