9/06/2020, 20:49
La cena continuó con calma, y sin ninguna prisa por abandonar aquel sitio. Hacía tiempo que Ayame no podía permitirse el lujo de relajarse de esa manera, y estaba dispuesta a saborearlo el máximo tiempo posible. Ya habría tiempo de preocuparse por las siguientes rondas del torneo, por Dragón Rojo o por los Generales de Kurama. Aquel momento era para ellos dos, y para nadie más.
Y de postre, una deliciosa porción de pastel de chocolate que degustaba con glotonería.
—Creí que se me daría bien el Genjutsu —suspiró Daruu, mientras le daba vueltas a sus natillas con canela con la cuchara—, pero claramente estás a otro nivel. Lo estoy dejando un poco de lado. Puede que me concentre en intentar contrarrestarlos. Mi potencial está en otro sitio. Un sitio un poco menos sutil y más bestia, pero bueno. Si es lo que se me da bien, habrá que reconocerlo.
Ayame, que no había podido evitar esbozar una sonrisa cargada de orgullo cuando Daruu hizo referencia a sus ilusiones, se inclinó ligeramente hacia él.
—Yo me estoy entrenando para poder disipar las ilusiones de mi padre. Por eso estoy entrenando tanto en el Genjutsu, para alcanzarle a él —le confesó—. Pero tú tienes puntos muy fuertes a tu favor que yo nunca voy a ser capaz de alcanzar: ese Byakugan tuyo, tus clones, tus estratagemas... ¡y ahora encima Raiton!
»¿Pero has pensado en algo en concreto?
Y de postre, una deliciosa porción de pastel de chocolate que degustaba con glotonería.
—Creí que se me daría bien el Genjutsu —suspiró Daruu, mientras le daba vueltas a sus natillas con canela con la cuchara—, pero claramente estás a otro nivel. Lo estoy dejando un poco de lado. Puede que me concentre en intentar contrarrestarlos. Mi potencial está en otro sitio. Un sitio un poco menos sutil y más bestia, pero bueno. Si es lo que se me da bien, habrá que reconocerlo.
Ayame, que no había podido evitar esbozar una sonrisa cargada de orgullo cuando Daruu hizo referencia a sus ilusiones, se inclinó ligeramente hacia él.
—Yo me estoy entrenando para poder disipar las ilusiones de mi padre. Por eso estoy entrenando tanto en el Genjutsu, para alcanzarle a él —le confesó—. Pero tú tienes puntos muy fuertes a tu favor que yo nunca voy a ser capaz de alcanzar: ese Byakugan tuyo, tus clones, tus estratagemas... ¡y ahora encima Raiton!
»¿Pero has pensado en algo en concreto?