10/06/2020, 20:13
— ¿El qué, Uzu no Hime?
Hana tomó eso como un sí.
— Vale, cierra los ojos. Te prometo que no te voy a hacer nada esta vez. Tú cierralos.
Le pidió esperando que tuviera algo de reticencia después de lo que pasó la última vez que le pidió tal cosa. Pero esperaba que confiase lo suficiente en ella como para darle una oportunidad. Una vez cerrase los ojos, continuaría, agarrándole una mano entre sus dos.
— Ahora, piensa en todo lo que ha pasado desde que llegamos a los dojos. Cuando entraste por primera vez en tu habitación y empezaste a guardar tus cosas, aunque seguramente te tiraste a la cama solo entrar. Recuerda la primera vez que nos vimos, el primer combate, la primera vez que estuviste en el hospital. Recuerda lo bueno y lo malo, todo es importante. Sigue al segundo combate, no te olvides de todas las mañanas que entrenamos juntas, aunque aguantabas bastante poco concentrada. Seguro que tú recuerdas cuando yo estuve ingresada mejor que yo. Y sigue con todo hasta aquí, hasta este preciso instante. No abras los ojos todavía.
Paró un momento para darle tiempo a recorrer mentalmente todos los eventos, que igual no eran pocos.
— Ahora imaginate cómo hubiese sido si yo no hubiese estado, si en mi lugar hubiese venido cualquier otro ninja de Uzushiogakure. No hubiese ido a buscarte aquel primer día, no habríamos tenido un combate tan desastroso y no habrían habido entrenamientos matutinos ni visitas al hospital. — volvió a guardar silencio, pero porque se le empezaba a quebrar la voz.
>> Ahora abre los ojos.
Y cuando los abriese, ahí estaría Hana con una sonrisa, algo afligida por su propia narración pero sonriente.
— ¡Tachán! — exclamó alzando las manos en gesto de sorpresa
Hana tomó eso como un sí.
— Vale, cierra los ojos. Te prometo que no te voy a hacer nada esta vez. Tú cierralos.
Le pidió esperando que tuviera algo de reticencia después de lo que pasó la última vez que le pidió tal cosa. Pero esperaba que confiase lo suficiente en ella como para darle una oportunidad. Una vez cerrase los ojos, continuaría, agarrándole una mano entre sus dos.
— Ahora, piensa en todo lo que ha pasado desde que llegamos a los dojos. Cuando entraste por primera vez en tu habitación y empezaste a guardar tus cosas, aunque seguramente te tiraste a la cama solo entrar. Recuerda la primera vez que nos vimos, el primer combate, la primera vez que estuviste en el hospital. Recuerda lo bueno y lo malo, todo es importante. Sigue al segundo combate, no te olvides de todas las mañanas que entrenamos juntas, aunque aguantabas bastante poco concentrada. Seguro que tú recuerdas cuando yo estuve ingresada mejor que yo. Y sigue con todo hasta aquí, hasta este preciso instante. No abras los ojos todavía.
Paró un momento para darle tiempo a recorrer mentalmente todos los eventos, que igual no eran pocos.
— Ahora imaginate cómo hubiese sido si yo no hubiese estado, si en mi lugar hubiese venido cualquier otro ninja de Uzushiogakure. No hubiese ido a buscarte aquel primer día, no habríamos tenido un combate tan desastroso y no habrían habido entrenamientos matutinos ni visitas al hospital. — volvió a guardar silencio, pero porque se le empezaba a quebrar la voz.
>> Ahora abre los ojos.
Y cuando los abriese, ahí estaría Hana con una sonrisa, algo afligida por su propia narración pero sonriente.
— ¡Tachán! — exclamó alzando las manos en gesto de sorpresa