16/06/2020, 13:31
Dejó de pensar, dejó de respirar, dejó de sentir cualquier cosa que no fuese Ren, sus labios, buscando los suyos y encontrandolos, tan desconcertados como ella misma. Las manos de la amejin rápidamente pasaron de sus mejilla a sus hombros y la rodearon en un cálido abrazo.
Las manos de Hana bajaron hasta la cintura de su hermana, rodeandola por ahí en respuesta a su abrazo por arriba. Pegó su cuerpo al suyo, buscando aumentar tanto como fuese posible el contacto entre ambas.
Los labios de Ren eran tan calidos y suaves como los recordaba, encajaban a la perfección con los suyos de una forma torpe y adorable. El cosquilleo que le producía aquel beso bajó de los labios al estomago, donde se intensificó y la obligó a apretar el abrazo y el beso, buscando más, más de aquella chica sin la cual no podía vivir, necesitaba sentirla más que nunca.
Las manos de Hana bajaron hasta la cintura de su hermana, rodeandola por ahí en respuesta a su abrazo por arriba. Pegó su cuerpo al suyo, buscando aumentar tanto como fuese posible el contacto entre ambas.
Los labios de Ren eran tan calidos y suaves como los recordaba, encajaban a la perfección con los suyos de una forma torpe y adorable. El cosquilleo que le producía aquel beso bajó de los labios al estomago, donde se intensificó y la obligó a apretar el abrazo y el beso, buscando más, más de aquella chica sin la cual no podía vivir, necesitaba sentirla más que nunca.