19/06/2020, 18:26
Vivir tantos años con un cocinero tan característico como era Nanashi, afinaría sus gustos volviéndola un poco crítica con la gastronomía. Pero no era así. Este siempre le repetía una y otra vez la importancia y el valor de la comida, el cariño y la dedicación que le dabas a los fogones; claro que utilizar buenos ingredientes se notaba en el sabor del plato, pero la pasión y el amor también era algo que se podía llegar a palpar. Por ello dar notas en una especie de ranking, era una tremenda estupidez; podías tal vez mencionar la relación cantidad precio y a calidad, pero cada persona era un mundo con sus propios gustos y valores.
Aquel té no tenía ningún sabor especial ni destacable, pero si algo que saltaba a la legua; el amor y cariño que le había dedicado. Pese a ser amargo como la mayoría de los tés verdes, era muy suave por lo que dar largos sorbos era más que agradable. No era posible apreciar ningún trozo de lo que se hubiera podido usar para prepararlo, por lo que podría incluso haber llegado a ser preparado con unos polvos y algo de agua caliente, pero un regusto al final de los tragos negaba semejante acusación. Y donde más se notó ese cuidado, fue en la temperatura; ni muy caliente, ni templado.
— Está estupendo Hana — respondió al apartar los labios con una sonrisa; echando mano de la primera galleta que sobresalía del montón.
Aquel té no tenía ningún sabor especial ni destacable, pero si algo que saltaba a la legua; el amor y cariño que le había dedicado. Pese a ser amargo como la mayoría de los tés verdes, era muy suave por lo que dar largos sorbos era más que agradable. No era posible apreciar ningún trozo de lo que se hubiera podido usar para prepararlo, por lo que podría incluso haber llegado a ser preparado con unos polvos y algo de agua caliente, pero un regusto al final de los tragos negaba semejante acusación. Y donde más se notó ese cuidado, fue en la temperatura; ni muy caliente, ni templado.
— Está estupendo Hana — respondió al apartar los labios con una sonrisa; echando mano de la primera galleta que sobresalía del montón.