21/06/2020, 14:03
—¿Ah? No, y-yo no estoy para nada exhausta . ¡Puedo aguantar mucho más!
Para demostrarlo, Ranko procedió a pegar una buena patada a otro tronco cercano, haciendo que vibrase como temiendo compartir el destino de su hermano tronquil. Esta vez no reventó nada. Sin embargo, tras la patada, Ranko se estremeció y se llevó una mano a la herida.
Inmediatamente, Hana se acercó a agarrarla de un brazo, esperando que eso la disuadiera de golpear más troncos. Le dedicó una sonrisa nerviosa. Necesitaba sacar a Ranko de aquel bosque, llevarla lejos de cualquier cosa golpeable, darle una bebida caliente y meterla en una cama para que descansase.
Desde luego, no se veía ni cercanamente capaz a obligarla por la fuerza a hacer eso, necesitaría el sutil arte de la palabra para conseguir tal hazaña.
— Ranko-chan, creo... creo que deberías descansar. ¿Por qué no te vienes con Ren y conmigo? Podemos ir a comer algo, a dar una vuelta, podemos comernos un helado en un parque mientras hablamos de cosas o podemos ir a comprar cosas ninjas, yo quería mirar unos pergaminos que no tengo ninguno y seguro que Ren quiere ir a ver armaduras y cosas de samurai. ¿A qué sí, Ren-neechan? — se giró a su hermana con una mirada de suplica esperando que entendiese lo que Hana quería decirle. — ¿No querrás dejarnos solas? Miranos, somos demasiado inocentes e influenciables, seguro que nos engañan y nos roban, varias veces.
Necesitaba cualquier argumento que hiciese a Ranko abandonar el entrenamiento y eso era precisamente lo que iba a darle.
Para demostrarlo, Ranko procedió a pegar una buena patada a otro tronco cercano, haciendo que vibrase como temiendo compartir el destino de su hermano tronquil. Esta vez no reventó nada. Sin embargo, tras la patada, Ranko se estremeció y se llevó una mano a la herida.
Inmediatamente, Hana se acercó a agarrarla de un brazo, esperando que eso la disuadiera de golpear más troncos. Le dedicó una sonrisa nerviosa. Necesitaba sacar a Ranko de aquel bosque, llevarla lejos de cualquier cosa golpeable, darle una bebida caliente y meterla en una cama para que descansase.
Desde luego, no se veía ni cercanamente capaz a obligarla por la fuerza a hacer eso, necesitaría el sutil arte de la palabra para conseguir tal hazaña.
— Ranko-chan, creo... creo que deberías descansar. ¿Por qué no te vienes con Ren y conmigo? Podemos ir a comer algo, a dar una vuelta, podemos comernos un helado en un parque mientras hablamos de cosas o podemos ir a comprar cosas ninjas, yo quería mirar unos pergaminos que no tengo ninguno y seguro que Ren quiere ir a ver armaduras y cosas de samurai. ¿A qué sí, Ren-neechan? — se giró a su hermana con una mirada de suplica esperando que entendiese lo que Hana quería decirle. — ¿No querrás dejarnos solas? Miranos, somos demasiado inocentes e influenciables, seguro que nos engañan y nos roban, varias veces.
Necesitaba cualquier argumento que hiciese a Ranko abandonar el entrenamiento y eso era precisamente lo que iba a darle.