17/07/2020, 12:55
El kusajin recuperó la consciencia y parecía que su fuerza también, ya que se arrancó los hilos del kazejin y se mantuvo de pie sin mayor dificultad.
—¡Espera! Tienes que buscar al chico de antes, el que estaba conmigo. ¿Lo has visto? —Se giró hacia la Morikage. —¡Kintsugi-sama, usted también tiene que salir!
—Daigo, tienes que salir de aquí ya. El estadio no tardará demasiado en terminar de colapsar. —Se ajustó su antifaz. —No os preocupéis por mí. Yo soy sólo un clon.
Y tras estas palabras la Mariposa de la Hierba desapareció en una nube de humo, ahora sólo les quedaba salir de ahí cuanto antes.
—Sí, Yondaime-sama... —Entonces se dirigió hacia el marionetista. —¡Vamos!
Comenzaron a avanzar rápidamente, el edificio continuaba desplomándose y un enorme fragmento se precipitó frente a ellos. «Mierda... Tenemos que salir de aquí cuanto antes.» Pero entonces Daigo miró a Takumi con unos ojos suplicantes, el del desierto ni siquiera le dio tiempo a pensar que buscaba con ello ya que estaba centrado exclusivamente en salir de aquella tumba de hormigón que se precipitaba sobre ellos. El loco salió corriendo hacia el cruce, sin decir nada, seguramente para buscar al amejin que ni había vuelto de su aventura.
—¡Más te vale volver con vida! —Gritó sin parar de avanzar hacia la salida. —¡No quiero tener que rendirle cuentas a tu kage!
No podía arriesgarse, además, tenía que asegurarse de que el personal médico que les acompañaba salía ileso de ahí.
—¡Espera! Tienes que buscar al chico de antes, el que estaba conmigo. ¿Lo has visto? —Se giró hacia la Morikage. —¡Kintsugi-sama, usted también tiene que salir!
—Daigo, tienes que salir de aquí ya. El estadio no tardará demasiado en terminar de colapsar. —Se ajustó su antifaz. —No os preocupéis por mí. Yo soy sólo un clon.
Y tras estas palabras la Mariposa de la Hierba desapareció en una nube de humo, ahora sólo les quedaba salir de ahí cuanto antes.
—Sí, Yondaime-sama... —Entonces se dirigió hacia el marionetista. —¡Vamos!
Comenzaron a avanzar rápidamente, el edificio continuaba desplomándose y un enorme fragmento se precipitó frente a ellos. «Mierda... Tenemos que salir de aquí cuanto antes.» Pero entonces Daigo miró a Takumi con unos ojos suplicantes, el del desierto ni siquiera le dio tiempo a pensar que buscaba con ello ya que estaba centrado exclusivamente en salir de aquella tumba de hormigón que se precipitaba sobre ellos. El loco salió corriendo hacia el cruce, sin decir nada, seguramente para buscar al amejin que ni había vuelto de su aventura.
—¡Más te vale volver con vida! —Gritó sin parar de avanzar hacia la salida. —¡No quiero tener que rendirle cuentas a tu kage!
No podía arriesgarse, además, tenía que asegurarse de que el personal médico que les acompañaba salía ileso de ahí.