18/07/2020, 01:43
—Amedama, cierra la boca, coño, ni que hubieras visto un fantasma.
...a Amekoro Yui. Lo cierto es que sí que parecía un fantasma. Parecía más pálida que de costumbre, y tenía unas grandes ojeras. Siempre había sido una mujer llena de energía, algunos, quizás, opinaban —lejos de ella— que tenía demasiada energía. Pero ese día la habitual sonrisa dentada y socarrona de Yui no era más que una mueca triste. La mujer vestía un sombrero distinto. Quizás alguno de ellos lo reconociera como el sombrero del Señor Feudal, si es que alguna vez lo habían visto aunque fuera en foto. Daruu no lo reconoció, no en ese momento.
Pero sí reconocía el sombrero de Arashikage que le plantó en la cabeza.
—¿Yui-sama, qué...?
—No te confundas. Eres muy buen shinobi, pero esto es temporal —dijo la Arashikage, mostrándole la palma de la mano, en un tono casi fúnebre—. Escuchadme bien, porque no quiero repetirlo y quiero largarme de aquí ya. Sekiryū ha matado a mi hermano. Al Señor Feudal. Creo que han acabado con todos ellos.
¡Bam! Una bomba inesperada. El Hyūga había atado cabos dispares. ¿El objetivo no era Ayame? ¿Entonces... Kurama?
—Yui-sama, no quiero interrumpirle pero Kurama también está aquí.
Aunque con evidente sorpresa, Yui seguía pareciendo un muerto.
—Entonces más razón para que Ayame y yo nos vayamos. Protege a...
»Mmh.
Yui se arrodilló al lado de Datsue y le puso una mano en la cabeza. Le estaba... ¿acariciando?
»Uchiha Datsue, ¿verdad? Muy gracioso tu broma del despacho. Quizás en otro momento pudiéramos ajustar cuentas, pero creo que tendría que añadir demasiadas cuentas que ajustar a mi ábaco —pronunció, casi arrastrando las sílabas—. Uchiha Datsue. Quiero decirte algo. Quiero decirte que... Lo siento.
Se levantó, y se dirigió hacia Ayame. Yui disculpándose. Esa también era nueva.
»Puedes contarle la verdad a Aiko. No. Debes contarle la verdad. Dile a ella que también lo siento. No es momento de que nos separen viejas rencillas. Ahora sé lo que es perder a alguien a quien de verdad quieres. Que su estancia en Uzushiogakure sea un símbolo de unión entre dos pueblos.
Miró a Ayame a los ojos.
»Ayame. Si sigues teniendo alguna de tus marcas en mi torre, es hora de que me acompañes. Te necesito. —Se dio la vuelta hacia Daruu—. Y tú, Amedama...
»Lidera a mis shinobi de vuelta a Amegakure. Y traete... a Umikiba Kaido.
»He logrado quebrar la voluntad de ese sello, al menos temporalmente. Pero si queremos asegurarnos su regreso, necesitaremos que alguien lo rompa. Uchiha, eres experto en Fūinjutsu, ¿verdad? Sé que no me he ganado tu respeto. Pero aunque sea por ese vínculo a tres que tenéis entre vosotros... hazme ese favor.