21/07/2020, 18:31
No fue el encuentro con el que siempre había soñado. En su cabeza se lo había imaginado de otra manera: él, en plenitud física, con el Mangekyō izquierdo reflejado en los ojos de ella. Sin titubeos. Sin contemplaciones. En su lugar, Yui apareció en su rango de visión mientras él todavía luchaba por mantenerse consciente, tirado de cualquier manera en el suelo. Sus ojos solo reflejaban cansancio.
Verla le recordó lo mucho que la odiaba. Quizá nadie lo quisiese admitir, quizá nadie quisiese verlo, pero Yui había mutilado a Aiko. Había cercenado su alma y arrebatado parte de su ser. Había eliminado años de recuerdos, cortando por el camino lazos, amistades, amores. Pero, ¿saben qué? Datsue también había ajustado demasiadas veces su ábaco, y siempre había salido perdiendo, de una manera u otra.
Hanabi, el Consejo, compañeros de villa… Tanta y tanta gente tenía los ojos puestos en él que no podía permitirse el lujo de caer en los errores del pasado. Tenía que ser mejor que eso, aunque le sentase como una patada en los huevos.
Se tragó el orgullo. No hizo nada. Su mente tan solo trabajó para atar cabos. El sombrero sobre Daruu; la muerte del hermano de Yui —quien, descubrió, se trataba del Señor Feudal—; las palabras de perdón. Aquello último le descolocó. Más cuando le dijo que podía contarle a Aiko la verdad. Parpadeó varias veces, incrédulo. Sin saber qué responder. Sin saber siquiera cómo tomarse aquella noticia. Demasiada información. Demasiadas cosas inesperadas como para asimilarlas todas de golpe.
Cuando encontró aire en los pulmones tan solo pudo responder a una cosa.
—Lo haré —respondió, al favor solicitado para ayudar a Kaido—. Por ellos —especificó, mirando primero a Daruu, luego a Ayame, quien tenía algo más que decir.
«Y por mí», añadió silenciosamente para sí. Porque quería descubrir qué había sido de Akame. Qué planes tenía. Cuál sería el próximo paso que iba a dar. Un cazador debe conocer los hábitos de su presa antes de tenderle una trampa.
Verla le recordó lo mucho que la odiaba. Quizá nadie lo quisiese admitir, quizá nadie quisiese verlo, pero Yui había mutilado a Aiko. Había cercenado su alma y arrebatado parte de su ser. Había eliminado años de recuerdos, cortando por el camino lazos, amistades, amores. Pero, ¿saben qué? Datsue también había ajustado demasiadas veces su ábaco, y siempre había salido perdiendo, de una manera u otra.
Hanabi, el Consejo, compañeros de villa… Tanta y tanta gente tenía los ojos puestos en él que no podía permitirse el lujo de caer en los errores del pasado. Tenía que ser mejor que eso, aunque le sentase como una patada en los huevos.
Se tragó el orgullo. No hizo nada. Su mente tan solo trabajó para atar cabos. El sombrero sobre Daruu; la muerte del hermano de Yui —quien, descubrió, se trataba del Señor Feudal—; las palabras de perdón. Aquello último le descolocó. Más cuando le dijo que podía contarle a Aiko la verdad. Parpadeó varias veces, incrédulo. Sin saber qué responder. Sin saber siquiera cómo tomarse aquella noticia. Demasiada información. Demasiadas cosas inesperadas como para asimilarlas todas de golpe.
Cuando encontró aire en los pulmones tan solo pudo responder a una cosa.
—Lo haré —respondió, al favor solicitado para ayudar a Kaido—. Por ellos —especificó, mirando primero a Daruu, luego a Ayame, quien tenía algo más que decir.
«Y por mí», añadió silenciosamente para sí. Porque quería descubrir qué había sido de Akame. Qué planes tenía. Cuál sería el próximo paso que iba a dar. Un cazador debe conocer los hábitos de su presa antes de tenderle una trampa.
![[Imagen: ksQJqx9.png]](https://i.imgur.com/ksQJqx9.png)
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado