27/07/2020, 22:26
(Última modificación: 27/07/2020, 22:36 por Umikiba Kaido. Editado 1 vez en total.)
Tantas cosas de las que hablar, sí. Muchísimas, en realidad. Pero por suerte aún tenían toda una vida por delante para ponerse al día acerca de todo. Y es que, a veces era muy fácil olvidar que estos chicos no pasaban los diecisiete años. Que vivieran a todo ritmo no quitaba el hecho de que aún eran adolescentes.
Kaido señaló a algún punto blanquecino de la cordillera que envolvía el Valle.
—Nos asentamos en una cueva en lo alto de la cordillera. Luego del ataque nos reuniríamos en un piso franco que tiene Sekiryū en los Templos Abandonados de la Hierba, y una vez allí se discutiría hacia dónde tirar luego, porque al País del Agua no podían volver —oh, de eso también tenían que hablar largo y tendido. De todo lo que sucedió con Umigarasu—. habían varios destinos en mente, pero no sé cuál rumbo tomarán. Tanto el País del Rayo como el de la Tierra estaban sobre la mesa.
Kaido señaló a algún punto blanquecino de la cordillera que envolvía el Valle.
—Nos asentamos en una cueva en lo alto de la cordillera. Luego del ataque nos reuniríamos en un piso franco que tiene Sekiryū en los Templos Abandonados de la Hierba, y una vez allí se discutiría hacia dónde tirar luego, porque al País del Agua no podían volver —oh, de eso también tenían que hablar largo y tendido. De todo lo que sucedió con Umigarasu—. habían varios destinos en mente, pero no sé cuál rumbo tomarán. Tanto el País del Rayo como el de la Tierra estaban sobre la mesa.