27/07/2020, 22:52
El sanitario que en un comienzo quería quedarse en la enfermería fue el primero en acercarse al kusajin, parecía preocupado por la situación.
—¿Esposarle? Pero… Aunque quisiese no podría, shinobi-kun. No tengo esposas. —Dijo antes de tomarle el pulso al peliverde.
—Yo tampoco tengo nada para retenerlo ahora, pero si despierta que no se le ocurra meterse al Estadio. Son órdenes directas de la Morikage.
»Por favor, no vuelva a atacarle. No lo contaría.
—Ten por seguro que no es mi intención, si muere aquí sólo me traería problemas.
El hombre de la brecha en la cabeza estaba dubitativo ante la pregunta del kazejin, pero acabó por decidirse y respondió con desgana.
—Lo mío... Lo mío puede esperar.
—Quédese por aquí hasta recibir atención médica por favor, si necesita cualquier otra cosa no dude en dec... —De repente una mano le agarró del hombro.
Vio a una joven pelirroja que tenía casi la misma cara que su primer contrincante en el Torneo, Sagisō Ranko.
—Hey, espera. Tú luchaste contra mi hermana, Ranko. ¿La has visto? ¿¡Está por aquí!? —Estaba claramente preocupada.
—No la he visto en esta parte del Estadio, no estaba en los camerinos ni en la enfermería. —Takumi dudaba que a la kunoichi de la Hierba le hubiera pasado nada, era fuerte. —Seguramente esté en el otro lado del Estadio. Aún con todo si la veo por aquí la informaré de que la estáis buscando.
El de gafas esperaba que nada le hubiera pasado al Conejo Blanco, se había prometido darle un combate decente en un futuro para resarcir el terrible espectáculo de aquella primera y tranquila ronda.
—¿Esposarle? Pero… Aunque quisiese no podría, shinobi-kun. No tengo esposas. —Dijo antes de tomarle el pulso al peliverde.
—Yo tampoco tengo nada para retenerlo ahora, pero si despierta que no se le ocurra meterse al Estadio. Son órdenes directas de la Morikage.
»Por favor, no vuelva a atacarle. No lo contaría.
—Ten por seguro que no es mi intención, si muere aquí sólo me traería problemas.
El hombre de la brecha en la cabeza estaba dubitativo ante la pregunta del kazejin, pero acabó por decidirse y respondió con desgana.
—Lo mío... Lo mío puede esperar.
—Quédese por aquí hasta recibir atención médica por favor, si necesita cualquier otra cosa no dude en dec... —De repente una mano le agarró del hombro.
Vio a una joven pelirroja que tenía casi la misma cara que su primer contrincante en el Torneo, Sagisō Ranko.
—Hey, espera. Tú luchaste contra mi hermana, Ranko. ¿La has visto? ¿¡Está por aquí!? —Estaba claramente preocupada.
—No la he visto en esta parte del Estadio, no estaba en los camerinos ni en la enfermería. —Takumi dudaba que a la kunoichi de la Hierba le hubiera pasado nada, era fuerte. —Seguramente esté en el otro lado del Estadio. Aún con todo si la veo por aquí la informaré de que la estáis buscando.
El de gafas esperaba que nada le hubiera pasado al Conejo Blanco, se había prometido darle un combate decente en un futuro para resarcir el terrible espectáculo de aquella primera y tranquila ronda.