28/07/2020, 13:33
Kuumi aprendió un poco más de Daigo por el comentario de Takumi. ¿Tan imprudente era el Kusajin? También aprendió que el oponente de su hermana era un ninja decidido, quien no dudaba en seguir las instrucciones de un líder ajeno por el bien de otros. Aunado a ello, le alivió enterarse de que no habían visto a Ranko en ese lado del estadio.
—¡Gracias! ¡Muchas gracias! —La pelirroja le dedicó una profunda reverencia a Takumi antes de apartarse de su camino —. ¡Padre! ¡Parece que Ranko estaba en la otra enfermería!
—Tu madre debe de haberla encontrado ya, entonces. Espero.
Kizaemon estaba intentando calmar a un alterado y confuso Rōga. El que el Yotsuki hablara en aquella extraña lengua no ayudaba mucho.
—¡King-san! ¡Tranquilo! ¡Estamos fuera del estadio, pero no sé si ya sea seguro! ¿Puedes moverte? ¿Estás herido? —Aunque el peliazul había saltado casi al instante de despertar, el hombre quería estar seguro de que Rōga no tuviese nada de gravedad —. Mi mujer está con mi hija… espero… ¡Nos reuniremos en uno de los dojos interiores, al sur cerca de aquí! Deberían de haber puntos de reunión seguros no muy lejos…
El padre de Ranko le instaba a retirarse, aunque no insistiría mucho si el chico quería hacer otra cosa.
—Me pregunto si… deberíamos de esperar a que Verd… Daigo-san despierte. —soltó Kuumi con aire preocupado.
—Nos esperan, Kuumi… —fue lo único que dijo Kizaemon, pero aun así se detuvo cuando su hija volteó a ver al boxeador. Él había visto la fiereza con la que había enfrentado al Uzujin Uchiha Datsue, pero no reconocía al Kusajin de antes del torneo.
—¡Gracias! ¡Muchas gracias! —La pelirroja le dedicó una profunda reverencia a Takumi antes de apartarse de su camino —. ¡Padre! ¡Parece que Ranko estaba en la otra enfermería!
—Tu madre debe de haberla encontrado ya, entonces. Espero.
Kizaemon estaba intentando calmar a un alterado y confuso Rōga. El que el Yotsuki hablara en aquella extraña lengua no ayudaba mucho.
—¡King-san! ¡Tranquilo! ¡Estamos fuera del estadio, pero no sé si ya sea seguro! ¿Puedes moverte? ¿Estás herido? —Aunque el peliazul había saltado casi al instante de despertar, el hombre quería estar seguro de que Rōga no tuviese nada de gravedad —. Mi mujer está con mi hija… espero… ¡Nos reuniremos en uno de los dojos interiores, al sur cerca de aquí! Deberían de haber puntos de reunión seguros no muy lejos…
El padre de Ranko le instaba a retirarse, aunque no insistiría mucho si el chico quería hacer otra cosa.
—Me pregunto si… deberíamos de esperar a que Verd… Daigo-san despierte. —soltó Kuumi con aire preocupado.
—Nos esperan, Kuumi… —fue lo único que dijo Kizaemon, pero aun así se detuvo cuando su hija volteó a ver al boxeador. Él había visto la fiereza con la que había enfrentado al Uzujin Uchiha Datsue, pero no reconocía al Kusajin de antes del torneo.
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