3/08/2020, 19:43
Kaido estiró los brazos y recibió aquel ataque en el pecho —más los shurikens laterales— como hubiese hecho el mismísimo Ryūnosuke. Sin molestarse en esquivarlo, sin siquiera prestarle atención. Su cuerpo dejó de ser sólido, las estrellas metálicas le atravesaron, y la esfera comprimida le atravesó el pecho e hizo que todo su ser cayese en un torrente de agua que inundó una de las Cabezas de Dragón que decoraban el suelo.
El agua burbujeó, elevándose como el magma en un volcán en erupción, solo que convirtiéndose en algo peor. Peor que la lava derramándose por la ladera de una montaña y precipitándose hacia el pueblo que residía en el valle. Peor que mil grados de magma acariciando tu piel. Peor que una catástrofe natural. Peor que un bijū concentrando una esfera de energía en la boca.
No, a quien creó fue a Kaido, Ryūto de Sekiryū. La leyenda hecha realidad. Hijo del Océano y participante del mayor golpe en la historia moderna de Ōnindo. Había entrado en la Prisión del Yermo, y esta se convirtió en una jaula de llamas y destrucción. Se había enfrentado a un ejército de orcas en las profundidades de un mar, y las criaturas marinas bautizaron aquel lugar desde aquel día como el Mar Rojo. Había entrado en el torneo del Valle, custodiado por las tres grandes villas, sus mejores ninjas y sus tres grandes Kages, y el estadio se convirtió en caos y lamentos. En llantos y sangre. En pérdidas de un solo bando. Uno solo.
¿Qué era ahora Kaido el amejin, sino una mosca más en su camino?
—Me avergüenzas. ¡Ni siquiera noté el gole! —exclamó, burlón—. Mírate: te llamas a ti mismo Tiburón, pero tus dientes son de leche. Kaido el Pececillo te quedaría mejor como apodo, ¿no crees?
El agua burbujeó, elevándose como el magma en un volcán en erupción, solo que convirtiéndose en algo peor. Peor que la lava derramándose por la ladera de una montaña y precipitándose hacia el pueblo que residía en el valle. Peor que mil grados de magma acariciando tu piel. Peor que una catástrofe natural. Peor que un bijū concentrando una esfera de energía en la boca.
No, a quien creó fue a Kaido, Ryūto de Sekiryū. La leyenda hecha realidad. Hijo del Océano y participante del mayor golpe en la historia moderna de Ōnindo. Había entrado en la Prisión del Yermo, y esta se convirtió en una jaula de llamas y destrucción. Se había enfrentado a un ejército de orcas en las profundidades de un mar, y las criaturas marinas bautizaron aquel lugar desde aquel día como el Mar Rojo. Había entrado en el torneo del Valle, custodiado por las tres grandes villas, sus mejores ninjas y sus tres grandes Kages, y el estadio se convirtió en caos y lamentos. En llantos y sangre. En pérdidas de un solo bando. Uno solo.
¿Qué era ahora Kaido el amejin, sino una mosca más en su camino?
—Me avergüenzas. ¡Ni siquiera noté el gole! —exclamó, burlón—. Mírate: te llamas a ti mismo Tiburón, pero tus dientes son de leche. Kaido el Pececillo te quedaría mejor como apodo, ¿no crees?
![[Imagen: MsR3sea.png]](https://i.imgur.com/MsR3sea.png)
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