8/01/2016, 22:54
—Buenos días, Nabi, luces tan emocionado como siempre
Buenas. ¿Habeis visto ya a Kureji-sensei?
Juro tuvo que contener una sonrisa. Eran sus compañeros, y era a lo que tendría que acostumbrarse. Tenía que hacerlo para sobrevivir, no en esta misión de rango D, sino en el futuro.
- No, aun no ha aparecido. Debe de estar al caer...
Segundos después, como si de un justu de invocación se tratase, la puerta del edificio del Kage se abrió, y de ella salió una mujer alta, que los tres ya podrían reconocer perfectamente. Su característica trenza pelirroja se movió al compás con ella. Kureij Shiori se dirigió hacia sus tres alumnos.
- Buenos días. Me alegra comprobar que habéis decidido llegar puntuales - la mujer habló en el mismo tono de seriedad y autoridad que tuvo la vez que la conocieron.
La mirada penetrante de la mujer pasó a cada uno de sus alumnos. Frunció ligeramente el ceño al ver bien a Kazuma, pero su rostro volvió a ser igual de imperturbable a los pocos segundos de ello.
- Espero que hayas reflexionado acerca de lo ocurrido en nuestra última reunión, no vamos a abordar el tema ahora. Voy a daros un voto de confianza para que realicéis la misión en equipo - explicó la mujer - Me he adelantado para seleccionarla personalmente. Como ya imaginareis, es una misión del rango más bajo, adecuada para vosotros. Lo ideal para que os estrenéis en el servicio de la aldea sin complicaciones.
»No voy a daros muchos detalles, toda la información esta en el pergamino que os voy a entregar. En cuanto la cumpláis, debéis informarme de inmediato, para dar parte. Pongamos un lugar de reunión, en este mismo lugar, sobre las seis de la tarde. Tendréis tiempo de sobra para cumplirla.
Shiori sostenía unos papeles en sus manos, en los que muy probablemente se tenía que encontrar el pergamino donde debía estar la misión.
- Antes de entregárosla, si alguien quiere decir o preguntar algo acerca de lo que os acabo de decir, es el momento .
Shiori esperó una respuesta por parte de sus alumnos a su pequeño discurso, para estar segura de que debía entregar ya la misión.
Buenas. ¿Habeis visto ya a Kureji-sensei?
Juro tuvo que contener una sonrisa. Eran sus compañeros, y era a lo que tendría que acostumbrarse. Tenía que hacerlo para sobrevivir, no en esta misión de rango D, sino en el futuro.
- No, aun no ha aparecido. Debe de estar al caer...
Segundos después, como si de un justu de invocación se tratase, la puerta del edificio del Kage se abrió, y de ella salió una mujer alta, que los tres ya podrían reconocer perfectamente. Su característica trenza pelirroja se movió al compás con ella. Kureij Shiori se dirigió hacia sus tres alumnos.
- Buenos días. Me alegra comprobar que habéis decidido llegar puntuales - la mujer habló en el mismo tono de seriedad y autoridad que tuvo la vez que la conocieron.
La mirada penetrante de la mujer pasó a cada uno de sus alumnos. Frunció ligeramente el ceño al ver bien a Kazuma, pero su rostro volvió a ser igual de imperturbable a los pocos segundos de ello.
- Espero que hayas reflexionado acerca de lo ocurrido en nuestra última reunión, no vamos a abordar el tema ahora. Voy a daros un voto de confianza para que realicéis la misión en equipo - explicó la mujer - Me he adelantado para seleccionarla personalmente. Como ya imaginareis, es una misión del rango más bajo, adecuada para vosotros. Lo ideal para que os estrenéis en el servicio de la aldea sin complicaciones.
»No voy a daros muchos detalles, toda la información esta en el pergamino que os voy a entregar. En cuanto la cumpláis, debéis informarme de inmediato, para dar parte. Pongamos un lugar de reunión, en este mismo lugar, sobre las seis de la tarde. Tendréis tiempo de sobra para cumplirla.
Shiori sostenía unos papeles en sus manos, en los que muy probablemente se tenía que encontrar el pergamino donde debía estar la misión.
- Antes de entregárosla, si alguien quiere decir o preguntar algo acerca de lo que os acabo de decir, es el momento .
Shiori esperó una respuesta por parte de sus alumnos a su pequeño discurso, para estar segura de que debía entregar ya la misión.