Fecha fijada indefinidamente con la siguiente ambientación: Los ninjas de las Tres Grandes siguen luchando contra el ejército de Kurama allá donde encuentran un bastión sin conquistar. Debido a las recientes provocaciones del Nueve Colas, los shinobi y kunoichi atacan con fiereza en nombre de la victoria. Kurama y sus generales se encuentran acorralados en las Tierras Nevadas del Norte, en el País de la Tormenta. Pero el invierno está cerca e impide que cualquiera de los dos bandos avance, dejando Oonindo en una situación de guerra fría, con pequeñas operaciones aquí y allá. Las villas requieren de financiación tras la pérdida de efectivos en la guerra, y los criminales siguen actuando sobre terreno salpicado por la sangre de aliados y enemigos, por lo que los ninjas también son enviados a misiones de todo tipo por el resto del mundo, especialmente aquellos que no están preparados para enfrentarse a las terribles fuerzas del Kyuubi.
El Mizu Bunshin parpadeó varias veces dentro de la humareda. El plan de hacer creer al amejin su derrota mientras el original se escondía en la superficie de un charco para darle el golpe de gracia no había funcionado. Ahora, dentro de la bomba de humo, el real salía de la superficie y escuchaba un gran estruendo. El de una gigantesca masa de agua chocando contra el suelo y luego… el rugido de algo acercándose. Lento pero inexorable, como un tsunami.
Las manos de Kaido se entrelazaron en una tanda corta de sellos para defenderse de un ataque inminente que no veía, pero que sin duda oía. A gran velocidad, su boca escupió un torrente de agua que giró a su alrededor formando un cilindro que le protegió de la gran ola que le embistió con inclemencia.
Qué ironía. Al final había sido literalmente un tsunami.
El Mizu Bunshin desapareció, barrido como una gota por una fregona. Y Kaido, superviviente hasta el final, quedó sumergido en el fondo del lago.
Bajo el fondo del mar. No podía ser en otro sitio donde pusiesen fin a su particular Kaji Saiban. No podía ser otra la tumba de Umikiba Kaido. Se abrió de brazos. Sus fosas nasales se inundaron de su propia sangre. Era la hora de devorar o ser devorado.
Umikiba Kaido, Ryūto de Dragón Rojo
· PV:
22/240
–
· CK:
82/330
–
-50
–
+10
– Ajustes a CK por acciones ocultas realizadas anteriormente realizadas
Kawarimi:
5/8
–
Daños propuestos: Acciones ocultas reveladas: Crear un Mizu Bunshin y esconderse en el charco dejado por el anterior Mizu Bunshin utilizando el Suiton: Mizugakure no Jutsu.
— Portaobjetos básico [en la cadera izquierda](9/10)
Hilo shinobi x1, 3 usos
Shuriken x1
Kunai x3x2
Ōkina Hyōrōgan x1x0
Kemuridama x1
A-ranku no Kibaku Fuda x1 x0
Esposas supresoras de chakra x1
— Portaobjetos Avanzado [En el muslo derecho](4/10)
Hikaridama x1
Shuriken x2
Oto Fuda x1
— Uchigatana
¤ Suiton: Suijinheki ¤ Elemento Agua: Barrera del Campamento de Agua - Tipo: Defensa - Rango: B - Requisitos:Suiton 50 - Gastos:
50 CK
(Suiton 100) (multiplicable x2)
- Daños: - - Efectos adicionales: Defiende 100 PV - Sellos: Tigre → Serpiente → Rata → Serpiente → Tigre - Velocidad: Muy rápida - Alcance y dimensiones: El cilindro alcanza los 3 metros de radio y los 10 de altura
El usuario realiza unos sellos, y los ataques del enemigo son totalmente interceptados por una barrera acuática escupida directamente desde la boca, que inmediatamente comienza a girar alrededor del ejecutor y forma un enorme cilindro de agua presurizada giratoria que asciende y lo rodea por completo, sin ninguna abertura. Es posible controlar la cantidad de agua (y por tanto, de chakra) y su duración.
La resistencia de la barrera cambia junto con el chakra que se utilice para formarla, así que un shinobi muy habilidoso será capaz de formar una muy potente. La barrera se puede crear aún más rápido (sello del tigre) si el usuario se encuentra sobre una superficie acuática. En caso de que alguien se acerque a la barrera, sufrirá un daño equivalente a la mitad de su defensa y saldrá expulsado en dirección contraria.
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