24/08/2020, 15:46
(Última modificación: 24/08/2020, 15:46 por Amedama Daruu.)
Datsue restó importancia al acto que acababa de hacer, que a Daruu, por su parte, le parecía casi heroico. No en vano habían devuelto a la normalidad a un amigo al que creía perdido en las garras del Dragón Rojo. Kaido, extremadamente aceptado, lejos del orgulloso Tiburón que una vez fue, admitió que sería difícil deshacer el camino recorrido entre dichas zarpas.
—Yo no tengo las respuestas a esa pregunta, Kaido. Pero sea lo que sea, seguro que la encontráis de camino a casa. —intervino Datsue—. Deberíais marchar ya, compadre. —le dijo a Daruu—. Digo… Arashikage —corrigió con una sonrisa traviesa. La primera que había esbozado desde la final del torneo. Probablemente también la última en aquel día—. Gracias por...
—¡Que no soy el Arashikage, coño!
...sacarme de allí. Una parte de mí te odia por ello, pero… si hasta Hanabi y Yui tuvieron dificultades para hacerles frente, yo no hubiese sido nada en mis condiciones —tuvo que admitir, a la fuerza, tragándose el orgullo como haría con una bola de espinas.
»Solo… Cuidaros, ¿vale? Y preparaos. El próximo golpe lo daremos nosotros.
Daruu suspiró, y caminó hacia el sombrero que le había prestado Yui, apoyado todavía en el bambú. Se lo asió en la cabeza con los ojos cerrados, dándose la vuelta hacia Datsue.
—Ahora mismo no puedo pensar en dar golpes, sólo en proteger a los míos —dijo—. Es lo que hice cuando te saqué del estadio. Una parte de mí también se arrepintió de hacerlo, pero la sensata sabía que te lanzarías al cuello de ese hijoputa de Akame en cuanto lo vieras. Estarías muerto. —El amejin se acercó a su camarada Kaido, y apoyó una mano en su hombro—. Kaido, amigo mío. En el peor de los momentos, la Tormenta te cobijó como a uno de sus hijos. ¿Por qué no iba a aceptar a la mejor versión de ti?
»La de un hombre noble y valiente, de un osado Tiburón hijo de puta que descendió hasta los infiernos para cumplir una misión, y que volvió con información vital sobre el enemigo. Como un puto dios de leyenda.
»Pero sobretodo, la de un buen amigo. El amigo de siempre. —Daruu le dio una palmada en la espalda—. Vamos, coño. Te haremos una fiesta de bienvenida en la Pastelería de Kiroe-chan.
«Mamá. Chiiro...» Daruu desvió la mirada hacia el Valle. Hacia las ruinas del estadio. ¿Cómo estarían? «Puto Zetsuo, más te vale salvarle la vida. Más te vale.»
»Deberíamos irnos.
—Yo no tengo las respuestas a esa pregunta, Kaido. Pero sea lo que sea, seguro que la encontráis de camino a casa. —intervino Datsue—. Deberíais marchar ya, compadre. —le dijo a Daruu—. Digo… Arashikage —corrigió con una sonrisa traviesa. La primera que había esbozado desde la final del torneo. Probablemente también la última en aquel día—. Gracias por...
—¡Que no soy el Arashikage, coño!
...sacarme de allí. Una parte de mí te odia por ello, pero… si hasta Hanabi y Yui tuvieron dificultades para hacerles frente, yo no hubiese sido nada en mis condiciones —tuvo que admitir, a la fuerza, tragándose el orgullo como haría con una bola de espinas.
»Solo… Cuidaros, ¿vale? Y preparaos. El próximo golpe lo daremos nosotros.
Daruu suspiró, y caminó hacia el sombrero que le había prestado Yui, apoyado todavía en el bambú. Se lo asió en la cabeza con los ojos cerrados, dándose la vuelta hacia Datsue.
—Ahora mismo no puedo pensar en dar golpes, sólo en proteger a los míos —dijo—. Es lo que hice cuando te saqué del estadio. Una parte de mí también se arrepintió de hacerlo, pero la sensata sabía que te lanzarías al cuello de ese hijoputa de Akame en cuanto lo vieras. Estarías muerto. —El amejin se acercó a su camarada Kaido, y apoyó una mano en su hombro—. Kaido, amigo mío. En el peor de los momentos, la Tormenta te cobijó como a uno de sus hijos. ¿Por qué no iba a aceptar a la mejor versión de ti?
»La de un hombre noble y valiente, de un osado Tiburón hijo de puta que descendió hasta los infiernos para cumplir una misión, y que volvió con información vital sobre el enemigo. Como un puto dios de leyenda.
»Pero sobretodo, la de un buen amigo. El amigo de siempre. —Daruu le dio una palmada en la espalda—. Vamos, coño. Te haremos una fiesta de bienvenida en la Pastelería de Kiroe-chan.
«Mamá. Chiiro...» Daruu desvió la mirada hacia el Valle. Hacia las ruinas del estadio. ¿Cómo estarían? «Puto Zetsuo, más te vale salvarle la vida. Más te vale.»
»Deberíamos irnos.
![[Imagen: K02XwLh.png]](https://i.imgur.com/K02XwLh.png)