25/08/2020, 19:07
En cuanto le dieron un margen de tiempo libre, Hana lo dejó todo y se fue a Nishinoya. Cada segundo que pudiese pasar al lado de Ren antes de abandonar los dojos lo aprovecharía al máximo.
En la puerta la pararon Oda y Nanashi informandola de la situación. Ren se había encerrado y rehusaba a abrirles. Hana, que venía sonriente a pasar un agradable día con su hermana, cambió la expresión al instante.
Temblorosa de la misma preocupación, aseguró a los dos hombres que no se iría hasta que Ren le abriese. Ambos coincidieron en dejarlo en manos de la uzujin, lo cual llenó de confianza a Hana.
Se acercó a la puerta de la habitación de Ren y golpeó la puerta tímidamente.
— ¿Ren-neechan?
En la puerta la pararon Oda y Nanashi informandola de la situación. Ren se había encerrado y rehusaba a abrirles. Hana, que venía sonriente a pasar un agradable día con su hermana, cambió la expresión al instante.
Temblorosa de la misma preocupación, aseguró a los dos hombres que no se iría hasta que Ren le abriese. Ambos coincidieron en dejarlo en manos de la uzujin, lo cual llenó de confianza a Hana.
Se acercó a la puerta de la habitación de Ren y golpeó la puerta tímidamente.
— ¿Ren-neechan?