3/09/2020, 18:32
Hanabi se adelantó con una zancada y trató de levantar a Datsue a media caída con el único brazo que le quedaba, pero falló en el intento y, de hecho, casi cayó encima de él.
—¡Datsue! —El Uzukage se arrodilló y miró a Reiji—. ¡Trae una silla y ayúdame a levantarle los pies! ¡No te me quedes mirando como si hubiérais visto a un fantasma! —Hanabi chasqueó la lengua y señaló a las sillas de la sala de reunión—. ¡Vamos, vamos! ¡Soy yo el que se ha quedado manco, chicos! ¡No me jodáis!
»Chicos, siento el shock, de verdad. Pero Datsue, debes sobreponerte. No pasa nada. ¡Estoy vivo! ¡Y eso es en parte gracias aquí a tu amigo Reiji y a los esfuerzos de los demás shinobi!
—¡Datsue! —El Uzukage se arrodilló y miró a Reiji—. ¡Trae una silla y ayúdame a levantarle los pies! ¡No te me quedes mirando como si hubiérais visto a un fantasma! —Hanabi chasqueó la lengua y señaló a las sillas de la sala de reunión—. ¡Vamos, vamos! ¡Soy yo el que se ha quedado manco, chicos! ¡No me jodáis!
»Chicos, siento el shock, de verdad. Pero Datsue, debes sobreponerte. No pasa nada. ¡Estoy vivo! ¡Y eso es en parte gracias aquí a tu amigo Reiji y a los esfuerzos de los demás shinobi!