24/09/2020, 00:55
Para su sorpresa, fue Eri la que llegó la primera al puerto y, por ende, la que vislumbró el panorama con más ainco, pues no entendía muy bien qué ocurría más allá de una pelea entre un ser que sería aquello que Datsue llamó bijū, uno que no había visto antes, pero, realmente, fuera de Kokuō, no había visto ninguno, y ni a ella misma la había visto...
¿Quién sería aquel?
Encontró a su Kage allí mismo, donde posó su vista a la par que Datsue aparecía en escena, dispuesto a quedarse en la misma posición que ella, no sabiendo bien cómo reaccionar, hasta que, teniendo miedo de que los ANBU sufrieran algún daño o, incluso, se lo hicieran a aquel que estaba allí delante alzándose por encima de todos y que su imagen imponía probablemente hasta a aquellos que veían desde lejos la escena; ella dio un pequeño paso.
Pero la voz de Reiji, ahogada, la detuvo:
—¡Parad, Dejadlo en paz!
Se lanzó, con tentáculos saliéndole desde la espalda, a frenar a aquellos que luchaban contra el ser de chakra que parecía amenazarlos. Lo defendía con uñas y dientes, dando información probablemente confidencial para detener a lo que podía considerar un amigo.
Pensó en Ayame. Pensó en Datsue.
¿Ellos también actuarían allí por aquellos seres que vivían, en contra de su voluntad; dentro de ellos?
—¡Reiji, suéltalos!
Tragó saliva, aquella orden personificada a través de la voz del Uchiha la recorrió de arriba a abajo, obligándose a quedarse allí, mirando, más al bijū que a los que discutían abajo. Sentía pánico por aquella criatura, y, sin embargo, veía que no tenía ninguna oportunidad de frenarla aun siendo una Uzumaki.
Miró a su Kage, esperanzada, mientras levantaba las manos y las entrelazaba frente a su pecho. Tenía que estar preparada, por si la hora de la acción llegaba.
Pero no podía evitar sentirse contrariada, y todavía no entendía del todo por qué.
¿Quién sería aquel?
Encontró a su Kage allí mismo, donde posó su vista a la par que Datsue aparecía en escena, dispuesto a quedarse en la misma posición que ella, no sabiendo bien cómo reaccionar, hasta que, teniendo miedo de que los ANBU sufrieran algún daño o, incluso, se lo hicieran a aquel que estaba allí delante alzándose por encima de todos y que su imagen imponía probablemente hasta a aquellos que veían desde lejos la escena; ella dio un pequeño paso.
Pero la voz de Reiji, ahogada, la detuvo:
—¡Parad, Dejadlo en paz!
Se lanzó, con tentáculos saliéndole desde la espalda, a frenar a aquellos que luchaban contra el ser de chakra que parecía amenazarlos. Lo defendía con uñas y dientes, dando información probablemente confidencial para detener a lo que podía considerar un amigo.
Pensó en Ayame. Pensó en Datsue.
¿Ellos también actuarían allí por aquellos seres que vivían, en contra de su voluntad; dentro de ellos?
—¡Reiji, suéltalos!
Tragó saliva, aquella orden personificada a través de la voz del Uchiha la recorrió de arriba a abajo, obligándose a quedarse allí, mirando, más al bijū que a los que discutían abajo. Sentía pánico por aquella criatura, y, sin embargo, veía que no tenía ninguna oportunidad de frenarla aun siendo una Uzumaki.
Miró a su Kage, esperanzada, mientras levantaba las manos y las entrelazaba frente a su pecho. Tenía que estar preparada, por si la hora de la acción llegaba.
Pero no podía evitar sentirse contrariada, y todavía no entendía del todo por qué.
![[Imagen: ksQJqx9.png]](https://i.imgur.com/ksQJqx9.png)