5/02/2021, 11:45
Se abstrajo un poco en el camino en sus pensamientos, pero ya estaba cerca del destino, aunque para cuando quiso darse cuenta, un joven de cabellos castaños se acercó hasta ella dispuesta a asaltarla a preguntas.
—Buenos días — dijo tras una reverencia intentando mantenerse seco bajo su paraguas. —¿Es usted Himura Ren? Mi nombre es Akamatsu Nao, creo que hemos sido asignados como compañeros en esta misión —
— Oh, sí, soy Ren. Un placer — respondió un poco sorprendida ante sus finos modales.
Y no muy lejos de ellos, les esperaba un curioso carruaje oscuro con un hombre a la espera bajo un paraguas. Vestía de forma bastante elegante, caballeresca incluso, que se acercó a los jovenes cuando estos recortarón distancia.
—Oh, shinobis, shinobis. Justo a tiempo, los he estado esperando —. Comentó el caballero, quién además de sus formales ropas, tenía un sombrero de copa y un simpático bigote en color gris al igual que sus cabellos. —Tengo mi carruaje listo para partir. Sé que es más lento que los trenes, pero para la corta distancia que hay entre la aldea y Shinogi-To prefiero hacerlo a la antigua, pues lo encuentro más relajado que el traqueteo de los rieles —. Acarició su mentón, como si hubiese recordado algo de pronto. —¿No falta uno? Que se me indicó que serían tres personas.
Era cierto, les habían asignado a alguien que haría de supervisor en la misión. Tras echarle un vistazo de arriba abajo a aquel hombre, así como al carruaje viendo como todo revosaba de elegencia, seguramente se trataban de gente importante, por lo que lo mejor era poner a alguien con experiencia al mando para ver como se desenvolvia la generación más joven y de paso, evitar crear algún conflicto con aquella gente, si es que tenía algún poder ya fuera político o económico sobre la aldea.
—Le indicaron bien, caballero. Umikiba Kaido, líder asignado para esta misión. Lamento la tardanza. — dijo el último integrante, que apareció poco después.
Otra nueva sorpresa para Ren; era un chico ligeramente más alto que ella y con una complexión notoriamente fuerte pero lo que realmente llamó su atención fue el color de su piel, asi como una dentada sonrisa similar al arma que llevaba a la espalda, que pudo observar cuando pasó de largo frente a ellos para golpear con suavidad el carruaje.
— Eso parece. En cualquier caso, parece que nosotros somos los genins de los que tienes que hacer de niñera — añadió con un suave bufido. — Soy Ren, y él es Nao — posó una mano sobre el centro de su pecho, y luego se giró con levedad señalar con la mano hacia el cielo a Nao, con algo de formalidad.
—Buenos días — dijo tras una reverencia intentando mantenerse seco bajo su paraguas. —¿Es usted Himura Ren? Mi nombre es Akamatsu Nao, creo que hemos sido asignados como compañeros en esta misión —
— Oh, sí, soy Ren. Un placer — respondió un poco sorprendida ante sus finos modales.
Y no muy lejos de ellos, les esperaba un curioso carruaje oscuro con un hombre a la espera bajo un paraguas. Vestía de forma bastante elegante, caballeresca incluso, que se acercó a los jovenes cuando estos recortarón distancia.
—Oh, shinobis, shinobis. Justo a tiempo, los he estado esperando —. Comentó el caballero, quién además de sus formales ropas, tenía un sombrero de copa y un simpático bigote en color gris al igual que sus cabellos. —Tengo mi carruaje listo para partir. Sé que es más lento que los trenes, pero para la corta distancia que hay entre la aldea y Shinogi-To prefiero hacerlo a la antigua, pues lo encuentro más relajado que el traqueteo de los rieles —. Acarició su mentón, como si hubiese recordado algo de pronto. —¿No falta uno? Que se me indicó que serían tres personas.
Era cierto, les habían asignado a alguien que haría de supervisor en la misión. Tras echarle un vistazo de arriba abajo a aquel hombre, así como al carruaje viendo como todo revosaba de elegencia, seguramente se trataban de gente importante, por lo que lo mejor era poner a alguien con experiencia al mando para ver como se desenvolvia la generación más joven y de paso, evitar crear algún conflicto con aquella gente, si es que tenía algún poder ya fuera político o económico sobre la aldea.
—Le indicaron bien, caballero. Umikiba Kaido, líder asignado para esta misión. Lamento la tardanza. — dijo el último integrante, que apareció poco después.
Otra nueva sorpresa para Ren; era un chico ligeramente más alto que ella y con una complexión notoriamente fuerte pero lo que realmente llamó su atención fue el color de su piel, asi como una dentada sonrisa similar al arma que llevaba a la espalda, que pudo observar cuando pasó de largo frente a ellos para golpear con suavidad el carruaje.
— Eso parece. En cualquier caso, parece que nosotros somos los genins de los que tienes que hacer de niñera — añadió con un suave bufido. — Soy Ren, y él es Nao — posó una mano sobre el centro de su pecho, y luego se giró con levedad señalar con la mano hacia el cielo a Nao, con algo de formalidad.