Camino largo y a paso lento

Otoño-Invierno de 221

Fecha fijada indefinidamente con la siguiente ambientación: Los ninjas de las Tres Grandes siguen luchando contra el ejército de Kurama allá donde encuentran un bastión sin conquistar. Debido a las recientes provocaciones del Nueve Colas, los shinobi y kunoichi atacan con fiereza en nombre de la victoria. Kurama y sus generales se encuentran acorralados en las Tierras Nevadas del Norte, en el País de la Tormenta. Pero el invierno está cerca e impide que cualquiera de los dos bandos avance, dejando Oonindo en una situación de guerra fría, con pequeñas operaciones aquí y allá. Las villas requieren de financiación tras la pérdida de efectivos en la guerra, y los criminales siguen actuando sobre terreno salpicado por la sangre de aliados y enemigos, por lo que los ninjas también son enviados a misiones de todo tipo por el resto del mundo, especialmente aquellos que no están preparados para enfrentarse a las terribles fuerzas del Kyuubi.

Camino largo y a paso lento

Uchiha Datsue Sin conexión

Uzukage

Nivel: 40
Exp: 446 puntos
Dinero: 3805 ryōs

· Fue 70

· Pod 100

· Res 40

· Int 80

· Agu 70

· Car 110

· Agi 70

· Vol 80

· Des 80

· Per 70

13/04/2021, 01:40

La alargada sombra se entrecruzó con la del anciano, que por un momento se vio inmovilizado y sorprendido a partes iguales. Dedicó una larga mirada a la dueña de aquel extraño ninjutsu, y sus gafas, ahora torcidas, dejaron entrever su ojo izquierdo: era tan dorado como la arena cuando le baña el sol, y, si era cierto eso que dicen de que el iris es el reflejo del alma, aquel era una ventana al abismo de la locura, al sadismo y al terror.

—¿¡Crees que puedes detenerme!? ¡Una cria! ¡¿A mí?!

Su Fuerza rompió aquella inmovilización como si lo que le agarrase no fuese más que una sombra… normal. Se acercó a ella mientras su barba empezaba a caer hacia un lado —casi parecía que la llevase pegada a la piel, en vez de nacer de ella— y dejaba a la vista una boca aserrada propia de un demonio.

—Vas a suplicarme que termine…

—¡HIJO DE PUTA! —exclamó Datsue, justo un instante antes de abalanzarse sobre él, cogiéndole desprevenido, tras una carrera a medio gas por culpa de la cojera.

Ambos cayeron al suelo y se enzarzaron a golpes.

—¿¡Me vas a causar estos problemas por unas cuántas perras!? ¿¡En serio!?

—Ese… —Encajó un golpe en la boca del estómago como buenamente pudo—, dinero… —Dejó escapar un aullido de dolor cuando aquel monstruo le mordió el antebrazo. Él respondió mordiéndole una oreja—. Egsh… mgioooo….

—¡Serás…desagrade-cido! —exclamaba como podía el que ya se veía a todas luces que era un tanuki disfrazado de persona, mientras Datsue le tomaba del cuello e intentaba estrangularle—. ¿Hubieses cumplido todas esas misiones… sin mi ayuda? ¡¿EH?! ¡Solo... pillé... un poco!

—¡¿Tres mil jodidos ryōs te parecen poco, Shukaku?! —Como no había conseguido estrangularle, ahora intentaba hacerle una llave, pero el cabrón le mordió la mano y se revolvió para darle un sopapo—. ¡Para despilfarrarlos en sake! ¡Y suerte que aquí no hay casinos, o los perderías todos en media tarde!