22/04/2021, 21:14
«Uchiha Datsue.»
No sabía por qué, pero el nombre del chico y que lo conocieran por un apodo la dejaron confusa y en un estado pensativo. Evidentemente, las historias del Uzujin eran muy conocidas en varios lugares de Oonindo, pero en Ame la chica todavía no se había relacionado con las personas que eran conocedoras de sus hazañas.
Vaya sorpresa se iba a llevar. Y no por Datsue.
—¿Un tanuki? ¡¿YO?! ¡JAAAJIAJIAJIA! ¡Esa es buena! ¿Quién soy yo? ¡Pregúntale a tu ADN! ¡Pregúntale a la sangre que corre por tus venas! ¡Tus ancestros lo saben bien! ¡Han imprimido en tu código genético el instinto de supervivencia necesario para reconocerme en cuanto me veas! ¡Para sentir escalofríos en cuanto oigas mi risa! ¡JIA JIA JIA! ¡Soy el Gran Shukaku, pero vosotros los humanos me conocéis más como Ichibi, el bijū de Una Cola! ¡Que mi versión reducida no te confunda! ¡Podría arrasar con toda esta ciudad de un suspiro si me lo propusiese!
Perpleja era la palabra que describía a Jun en ese momento. Se quedó casi boquiabierta cuando entendió que era lo que tenía delante. Si bien no conocía bien al Uchiha, sabía bien que era un biju y cual era el punto de vista que tenía la mayoría de personas sobre estas bestias. Pero lo que tenía delante, más allá de que parecía tener el poder para "arrasar toda la ciudad de un suspiro", parecía ser no solo algo parlante, sino que también tenía un sentido del humor muy característico y, si no fuera por su apariencia, se le podría confundir con un ser humano. Esa idea que se le formó en su mente la había dejado más confusa aún.
El muchacho, que parecía algo nervioso por llamar la atención, intentó calmar a su acompañante. Y, finalmente, Shukaku terminó revelando sus verdaderos propósitos que tenía con respecto al dinero. La pelicorta movió su cabeza de un lado al otro, intentando volver en sí misma y retomar un poco la conversación que estaban teniendo.
—Ejem. — intentando reincorporarse. —Entonces, ¿solo quieres ir a tomar sake? ¿O solo lo estas molestando? Si es esto último, te esta saliendo bien y es bastante divertido, a decir verdad.
Con un ligero nerviosismo por el anterior monologo del Ichibi, debía admitir que por lo menos sabía bien como divertirse y cual era lo que le molestaba al otro tipo.
No sabía por qué, pero el nombre del chico y que lo conocieran por un apodo la dejaron confusa y en un estado pensativo. Evidentemente, las historias del Uzujin eran muy conocidas en varios lugares de Oonindo, pero en Ame la chica todavía no se había relacionado con las personas que eran conocedoras de sus hazañas.
Vaya sorpresa se iba a llevar. Y no por Datsue.
—¿Un tanuki? ¡¿YO?! ¡JAAAJIAJIAJIA! ¡Esa es buena! ¿Quién soy yo? ¡Pregúntale a tu ADN! ¡Pregúntale a la sangre que corre por tus venas! ¡Tus ancestros lo saben bien! ¡Han imprimido en tu código genético el instinto de supervivencia necesario para reconocerme en cuanto me veas! ¡Para sentir escalofríos en cuanto oigas mi risa! ¡JIA JIA JIA! ¡Soy el Gran Shukaku, pero vosotros los humanos me conocéis más como Ichibi, el bijū de Una Cola! ¡Que mi versión reducida no te confunda! ¡Podría arrasar con toda esta ciudad de un suspiro si me lo propusiese!
Perpleja era la palabra que describía a Jun en ese momento. Se quedó casi boquiabierta cuando entendió que era lo que tenía delante. Si bien no conocía bien al Uchiha, sabía bien que era un biju y cual era el punto de vista que tenía la mayoría de personas sobre estas bestias. Pero lo que tenía delante, más allá de que parecía tener el poder para "arrasar toda la ciudad de un suspiro", parecía ser no solo algo parlante, sino que también tenía un sentido del humor muy característico y, si no fuera por su apariencia, se le podría confundir con un ser humano. Esa idea que se le formó en su mente la había dejado más confusa aún.
El muchacho, que parecía algo nervioso por llamar la atención, intentó calmar a su acompañante. Y, finalmente, Shukaku terminó revelando sus verdaderos propósitos que tenía con respecto al dinero. La pelicorta movió su cabeza de un lado al otro, intentando volver en sí misma y retomar un poco la conversación que estaban teniendo.
—Ejem. — intentando reincorporarse. —Entonces, ¿solo quieres ir a tomar sake? ¿O solo lo estas molestando? Si es esto último, te esta saliendo bien y es bastante divertido, a decir verdad.
Con un ligero nerviosismo por el anterior monologo del Ichibi, debía admitir que por lo menos sabía bien como divertirse y cual era lo que le molestaba al otro tipo.