12/07/2021, 18:07
Atenta, quizás más de lo que solía hacerlo, se quedó oyendo lo que le iba a decir el Uchiha. Y, quizás, no era lo que se esperaba que le dijese.
—... Sobre mí, no, estoy lejos de ser un novato a estas alturas. Pero oye, tampoco un veterano, ¿eh? Soy demasiado joven para eso. Digamos que estoy en mi cénit.
La chica no sabía si el chico era muy creído o, ciertamente, estaba en su mejor momento. No parecía ser muy ególatra y, además, que un bijuu este consigo era sinónimo de que no era un don nadie. Hablando de eso, ¿qué hacía el Ichibi al lado de un shinobi? Según lo que le habían contado a ella, los bijuu eran bestias incontrolables y tremendamente destructivas ¿Acaso Datsue había podido domar a esa bestia? ¿Solo eran amigos y ya? Claro, la verdadera respuesta no era ninguna de esas, pero Jun no recordaba en ese preciso momento la existencia de los jinchurikis, a pesar de que ya le habían platicado sobre eso. Claro, si recordaba lo de los jinchurikis, digamos que no tendría sentido que el bijuu este fuera de la persona. Pero eso tenía otra explicación más.
No mucho más tarde, aparecería el camarero, preparado y listo para su tarea. Quizás no tan preparado para escuchar a Shukaku, ya que se le notó un poco nervioso al escuchar esa tan extraña risa. El muchacho no tardaría en mirar a Jun para tomarle el pedido.
—Lo mismo que el señor de sombrero. — dijo con una sonrisa en la cara, sin siquiera saber la mitad de lo que había dicho la bestia.
En el momento que el mesero se retirase, la cara de Jun cambiaría a una un poco más seria, como no muchas veces se la ve.
—¿Les puedo preguntar algo? — alternaba la mirada entre los dos. —Hay unas cosas que no entendí cuando peleaban ¿Qué es lo que nos une?
—... Sobre mí, no, estoy lejos de ser un novato a estas alturas. Pero oye, tampoco un veterano, ¿eh? Soy demasiado joven para eso. Digamos que estoy en mi cénit.
La chica no sabía si el chico era muy creído o, ciertamente, estaba en su mejor momento. No parecía ser muy ególatra y, además, que un bijuu este consigo era sinónimo de que no era un don nadie. Hablando de eso, ¿qué hacía el Ichibi al lado de un shinobi? Según lo que le habían contado a ella, los bijuu eran bestias incontrolables y tremendamente destructivas ¿Acaso Datsue había podido domar a esa bestia? ¿Solo eran amigos y ya? Claro, la verdadera respuesta no era ninguna de esas, pero Jun no recordaba en ese preciso momento la existencia de los jinchurikis, a pesar de que ya le habían platicado sobre eso. Claro, si recordaba lo de los jinchurikis, digamos que no tendría sentido que el bijuu este fuera de la persona. Pero eso tenía otra explicación más.
No mucho más tarde, aparecería el camarero, preparado y listo para su tarea. Quizás no tan preparado para escuchar a Shukaku, ya que se le notó un poco nervioso al escuchar esa tan extraña risa. El muchacho no tardaría en mirar a Jun para tomarle el pedido.
—Lo mismo que el señor de sombrero. — dijo con una sonrisa en la cara, sin siquiera saber la mitad de lo que había dicho la bestia.
En el momento que el mesero se retirase, la cara de Jun cambiaría a una un poco más seria, como no muchas veces se la ve.
—¿Les puedo preguntar algo? — alternaba la mirada entre los dos. —Hay unas cosas que no entendí cuando peleaban ¿Qué es lo que nos une?