14/01/2022, 18:00
Aunque los hubo que actuaron como lo hice yo, dando su apoyo incondicional a lo que pedía el nuevo Uzukage; otros tantos se mostraron reacios a los ideales que quería plasmar Uchiha dAtsue. Así lo hicieron saber, entre gritos y vítores. de hecho, aquel punto de reunión se había convertido en un auténtico hervidero de opiniones verbales, pero también físicas. El lugar estaba a punto de estallar y descontrolarse por completo si es que no lo había hecho ya.
—¿Umi? ¿Umi, dónde estás? ¡¡¡UMIIIIIII!!!
Aquel chillido de desesperación mne alertó e hizo que toda aquella energía y aquella llama que ardía por dentro con el discuros del Uzukage me empujase a ayudar y buscar el foco de aquel llanto. Así que eso hice, tratando de moverme paso entre el gentío. No estaba lejos así que pronto localicé aquel corro de curiosos. Seguí empujando a la gente para abrirme paso. Lo que me encontré finalmente no fue plato de gusto y, sobre todo, fue una sorpresa muy inesperada.
— Suzaku... — musité.
Aquella era la chica que me encontré en mi viaje a la villa de las aguas termales. Sus cabellos rosados eran inconfundibles. Yacía asustada, buscando algo en las cercanías y no dude en acercarme, posando mi mano en su hombro.
— Suzaku-san, ¿te acuerdas de mí? Soy Natsu, nos vimos hace un tiempo en la villa de las aguas termales, ¿qué ha ocurrido aquí? ¿estás bien?
Lo que tuvo que haber sido un acto para unir al pueblo de Uzushiogakure, al final había logrado un efecto totalmente opuesto, circunstancia que me partía el alma.
—¿Umi? ¿Umi, dónde estás? ¡¡¡UMIIIIIII!!!
Aquel chillido de desesperación mne alertó e hizo que toda aquella energía y aquella llama que ardía por dentro con el discuros del Uzukage me empujase a ayudar y buscar el foco de aquel llanto. Así que eso hice, tratando de moverme paso entre el gentío. No estaba lejos así que pronto localicé aquel corro de curiosos. Seguí empujando a la gente para abrirme paso. Lo que me encontré finalmente no fue plato de gusto y, sobre todo, fue una sorpresa muy inesperada.
— Suzaku... — musité.
Aquella era la chica que me encontré en mi viaje a la villa de las aguas termales. Sus cabellos rosados eran inconfundibles. Yacía asustada, buscando algo en las cercanías y no dude en acercarme, posando mi mano en su hombro.
— Suzaku-san, ¿te acuerdas de mí? Soy Natsu, nos vimos hace un tiempo en la villa de las aguas termales, ¿qué ha ocurrido aquí? ¿estás bien?
Lo que tuvo que haber sido un acto para unir al pueblo de Uzushiogakure, al final había logrado un efecto totalmente opuesto, circunstancia que me partía el alma.