17/01/2022, 17:58
—Natsu...
La pelirosa empezó a reaccionar. Quizás simplemente estaba haciendo un rápido ejercicio de asociación de ideas para saber de qué le sonaba mi nombre.
¿No hace mucho calor de repente...?
La realidad es que yo también lo había notado. Como una bocanada de aire caliente o una simple ráfaga de aire caliente. Asentí ante la pregunta de la Uchiha mientras veía como iba saliendo de esa especie de shock que hizo que ignorase mi pregunta inicial y mi principal preocupación por su estado. En caso de querer saciar mi curiosidad, ya iba tarde, puesto que una chica, más bien alta y de complexión atlética empezó a vocear a los presentes después de haberse abierto camino. Aquello estaba cerca de convertirse en todo un despropósito.
«Bien... ¿qué sigue ahora?»
Como si hubiese hecho la pregunta en voz alta, el mismísimo Uzukage hizo acto de presencia. Tuve que tragar saliva a medida que apartaba mi mano del hombro de Suzaku.
—¿Tan rápido vamos a pelearnos entre nosotros, ¡hmm!?
Mi rodilla diestra rápidamente buscó el suelo.
[sub=mediumturquoise]¡Sé que esta Villa está herida! Pero, o dejamos de tirarnos piedras y nos esforzamos más por curarla, entre todos, ¡o Kurama va a tenerlo muy fácil!
Tras aquellas palabras fue mi cuerpo el que terminó por descender y terminó de hacerlo cuando mi cabeza yacía gacha en señal de respeto por nuestro nuevo líder.
— ¡R-Rokudaime-sama!
Pero el objetivo de Datsue no era otro que el de calmar a Suzaku y así se lo hizo saber, diciéndole que todo iría bien. Pronto recuperé mi postura mientras escuchábamos la réplica de la pelirosa. Sentí rabia tras la intervención de Datsue, aquel debía de ser un día bonito que recordar, no era sino un nuevo inicio para Uzushiogakure.
— Maldita sea... ¡Rokudaime-sama tiene razón! — alcé el puño mientras observaba la gente de nuestro alrededor. — No es hora de disputas, sino que son tiempos para mantenernos más unidos que nunca ya sea bajo el yugo de Hanabi-sama, de Datsue-sama o de quien sea. Cada uno debemos aportar nuestro granito de arena para poder patear el maloliente culo de ese zorro apestoso
Mi puño descendió sin saber exactamente qué acababa de hacer. Mis mejillas se encendieron. Quizás Eri, estuviese donde estuviese se sintiese orgullosa de mí, quizás tan solo le diese un ataque de risa. Lo único que tenía más claro que el agua era que tomaría el camino que Datsue parecía estar dispuesto a liderar.
La pelirosa empezó a reaccionar. Quizás simplemente estaba haciendo un rápido ejercicio de asociación de ideas para saber de qué le sonaba mi nombre.
¿No hace mucho calor de repente...?
La realidad es que yo también lo había notado. Como una bocanada de aire caliente o una simple ráfaga de aire caliente. Asentí ante la pregunta de la Uchiha mientras veía como iba saliendo de esa especie de shock que hizo que ignorase mi pregunta inicial y mi principal preocupación por su estado. En caso de querer saciar mi curiosidad, ya iba tarde, puesto que una chica, más bien alta y de complexión atlética empezó a vocear a los presentes después de haberse abierto camino. Aquello estaba cerca de convertirse en todo un despropósito.
«Bien... ¿qué sigue ahora?»
Como si hubiese hecho la pregunta en voz alta, el mismísimo Uzukage hizo acto de presencia. Tuve que tragar saliva a medida que apartaba mi mano del hombro de Suzaku.
—¿Tan rápido vamos a pelearnos entre nosotros, ¡hmm!?
Mi rodilla diestra rápidamente buscó el suelo.
[sub=mediumturquoise]¡Sé que esta Villa está herida! Pero, o dejamos de tirarnos piedras y nos esforzamos más por curarla, entre todos, ¡o Kurama va a tenerlo muy fácil!
Tras aquellas palabras fue mi cuerpo el que terminó por descender y terminó de hacerlo cuando mi cabeza yacía gacha en señal de respeto por nuestro nuevo líder.
— ¡R-Rokudaime-sama!
Pero el objetivo de Datsue no era otro que el de calmar a Suzaku y así se lo hizo saber, diciéndole que todo iría bien. Pronto recuperé mi postura mientras escuchábamos la réplica de la pelirosa. Sentí rabia tras la intervención de Datsue, aquel debía de ser un día bonito que recordar, no era sino un nuevo inicio para Uzushiogakure.
— Maldita sea... ¡Rokudaime-sama tiene razón! — alcé el puño mientras observaba la gente de nuestro alrededor. — No es hora de disputas, sino que son tiempos para mantenernos más unidos que nunca ya sea bajo el yugo de Hanabi-sama, de Datsue-sama o de quien sea. Cada uno debemos aportar nuestro granito de arena para poder patear el maloliente culo de ese zorro apestoso
Mi puño descendió sin saber exactamente qué acababa de hacer. Mis mejillas se encendieron. Quizás Eri, estuviese donde estuviese se sintiese orgullosa de mí, quizás tan solo le diese un ataque de risa. Lo único que tenía más claro que el agua era que tomaría el camino que Datsue parecía estar dispuesto a liderar.