11/04/2022, 22:44
Tal y como Kazuo había sospechado, todo eso no era más que una carga para Ren. Había esperado que ella le ayudase de alguna forma a entrar mejor que simplemente apareciendo y diciendo 'Hey, soy tu padre muerto que no estaba muerto solo desaparecido'. Sin embargo, Ren se había mostrado casi ofendida por la idea siquiera. Así que simplemente había decidido dejarla ir y pensar algo por su cuenta. Pero eso solo la ofendió más.
— ¿Y ya?... ¿Y ya esta?... ¿Sabes lo que acabas de hacer? ¿Que se supone que debo hacer ahora con esta información? ¡¿Que coño se supone que deob hacer ahora?! ¡¿Y yo que coño hago ahora?! ¡¿Se supone que debo hacer como si no supiera nada, como si nada de esto hubiera ocurrido?!
Como adulto, era su deber mantener la calma. Agarró la jarra y la levantó para que cuando Ren golpease la mesa no tirase nada. Hizo una leve señal con la mano a la camarera para que no se preocupase.
— Calmate, Ren. Entiendo que estés enfadada, pero no lo pagues con esta cafeteria ni con esta gente. Dile a Hana lo que tengas que decirle, no te reprocharé nada.
— ¿¡Me calló y si posteriormente lo descubre, arriesgarme a que me odie por no haberselo contado!? ¿¡O llevarte con ella y ver como posiblemente su corazón se destroce!? ¿¡Que se supone que debo de hacer ahora, eh!?
El hombre suspiró. Aunque la cosa se había torcido de la forma más terrible, decidió seguir adelante con el plan.
— Te voy a dar un mapa, donde está mi granja marcada. Haz lo que quieras con él. — le dejó un pergamino encima de la mesa, sin decirle nada más siguió bebiendo de su jarra.
— ¿Y ya?... ¿Y ya esta?... ¿Sabes lo que acabas de hacer? ¿Que se supone que debo hacer ahora con esta información? ¡¿Que coño se supone que deob hacer ahora?! ¡¿Y yo que coño hago ahora?! ¡¿Se supone que debo hacer como si no supiera nada, como si nada de esto hubiera ocurrido?!
Como adulto, era su deber mantener la calma. Agarró la jarra y la levantó para que cuando Ren golpease la mesa no tirase nada. Hizo una leve señal con la mano a la camarera para que no se preocupase.
— Calmate, Ren. Entiendo que estés enfadada, pero no lo pagues con esta cafeteria ni con esta gente. Dile a Hana lo que tengas que decirle, no te reprocharé nada.
— ¿¡Me calló y si posteriormente lo descubre, arriesgarme a que me odie por no haberselo contado!? ¿¡O llevarte con ella y ver como posiblemente su corazón se destroce!? ¿¡Que se supone que debo de hacer ahora, eh!?
El hombre suspiró. Aunque la cosa se había torcido de la forma más terrible, decidió seguir adelante con el plan.
— Te voy a dar un mapa, donde está mi granja marcada. Haz lo que quieras con él. — le dejó un pergamino encima de la mesa, sin decirle nada más siguió bebiendo de su jarra.