17/04/2022, 22:11
Aquello solo la desmoronó más, quebrando su poca entereza al tener que mirarla a los ojos cuando esta la cogió de la mano, llevándosela a su pecho, intentando tranquilizarla. Ren desvió la mirada, y finalmente sintió que no podía ocultarlo más.
— H-Hana yo... — Tragó saliva, y se llevó la otra mano a la frente, arrugándose el flequillo —. V-Vayamos a ese sitio... Tengo... Tengo algo que contarte...
Esta vez sería la moneda quien llevaría las riendas, cogiéndola de la mano fuertemente por la calle. Pararían frente a un local con varios dibujos en la entrada, algunos de comida y otros de personajes de distintas series de manga o literarias que habían sido posteriormente adaptadas. Al lado de ellas, al entrar había una recepcionista a la que Ren se acercó, mientras Hana podría ver varios pasillos de estanterías llenos hasta arriba de distintos tipos de libros y sobre las estanterías, unos pequeños carteles con la letra inicial que indicaba que estaban ordenados alfabéticamente. En los pasillos de las estanterías también estaban dichas letras en los dorsos de las construcciones de madera.
— Q-Querríamos una sala para dos, estaremos unas dos o tres horas más o menos
La dependienta, quien tenía una larga coleta marrón y sus ojos del mismo color, vistiendo un simple traje que acreditaba que trabajaba allí, asintió y tras ello sacó una llave bajo el mostrador. En ella se podía ver un pequeño llavero en forma de círculo con el número 8.
— Si queréis algo de comer, por allí está la cantina. Pasad una buena estancia
— M-Muchas gracias
Ren tomó la llave, y tras ello volvería con Hana, dispuesta a acercarse, a coger algo de comer si ella lo quería o si lo prefería más tarde e ir directamente a la pequeña habitación. Repartidas un poco por todo el local, había unas pequeñas habitaciones con varios cojines, una pequeña mesita y una gran y pesada televisión de tubo, con algún reproductor debajo.
— H-Hana yo... — Tragó saliva, y se llevó la otra mano a la frente, arrugándose el flequillo —. V-Vayamos a ese sitio... Tengo... Tengo algo que contarte...
Esta vez sería la moneda quien llevaría las riendas, cogiéndola de la mano fuertemente por la calle. Pararían frente a un local con varios dibujos en la entrada, algunos de comida y otros de personajes de distintas series de manga o literarias que habían sido posteriormente adaptadas. Al lado de ellas, al entrar había una recepcionista a la que Ren se acercó, mientras Hana podría ver varios pasillos de estanterías llenos hasta arriba de distintos tipos de libros y sobre las estanterías, unos pequeños carteles con la letra inicial que indicaba que estaban ordenados alfabéticamente. En los pasillos de las estanterías también estaban dichas letras en los dorsos de las construcciones de madera.
— Q-Querríamos una sala para dos, estaremos unas dos o tres horas más o menos
La dependienta, quien tenía una larga coleta marrón y sus ojos del mismo color, vistiendo un simple traje que acreditaba que trabajaba allí, asintió y tras ello sacó una llave bajo el mostrador. En ella se podía ver un pequeño llavero en forma de círculo con el número 8.
— Si queréis algo de comer, por allí está la cantina. Pasad una buena estancia
— M-Muchas gracias
Ren tomó la llave, y tras ello volvería con Hana, dispuesta a acercarse, a coger algo de comer si ella lo quería o si lo prefería más tarde e ir directamente a la pequeña habitación. Repartidas un poco por todo el local, había unas pequeñas habitaciones con varios cojines, una pequeña mesita y una gran y pesada televisión de tubo, con algún reproductor debajo.