20/04/2022, 18:08
Su vida era un camino recto. Siempre lo había sido. Lo único es que ella misma había ido poniendo rotondas en las que se quedaba dando vueltas. Bueno, ella misma no, más bien la vida. Vale, la vida puso la primera, con la muerte de sus padres. Se quedó dando vueltas en ella, siempre evitando avanzar.
Hasta el día en que decidió avanzar. Lo hizo por su propia bondad, porque quería ayudar a la gente de su villa. A ella no le quedaba nada, así que si moría por ellos, habría mejorado el mundo un poco. O eso pensaba. Tal vez fuera por culpa de Ren, pero en el momento en que tuvo que arriesgarse... falló. Eso hizo que se girase a ver el camino que había hecho y la decisión que había tomado y darse cuenta de que eran mentira. No había avanzado nada.
Esta vez fue ella la que hizo la rotonda en la que se quedó girando, incapaz de seguir adelante. Habiendo fallado a Ren, habiendose fallado a sí misma y habiendole fallado a la villa. Pero volvió a seguir adelante, porque no podía dejar que el resto se jugasen la vida mientras ella lloriqueaba como una niña.
Y ahora se abría otro camino en la primera rotonda, una segunda salida. Pero ella estaba ya muy lejos de eso, ¿no? ¿Cómo iba a volver? ¿Qué pasaría si volvía? ¿Cual era siquiera el camino que estaba tomando? ¿Donde acababa? ¿Acaso era mejor ese camino que el que le pudiese dar su padre? ¿Era su padre? ¿Y si no?
Toda esa tensión no le dejaba abrir los ojos, no la dejaba levantarse, no sabía qué hacer.
Hasta el día en que decidió avanzar. Lo hizo por su propia bondad, porque quería ayudar a la gente de su villa. A ella no le quedaba nada, así que si moría por ellos, habría mejorado el mundo un poco. O eso pensaba. Tal vez fuera por culpa de Ren, pero en el momento en que tuvo que arriesgarse... falló. Eso hizo que se girase a ver el camino que había hecho y la decisión que había tomado y darse cuenta de que eran mentira. No había avanzado nada.
Esta vez fue ella la que hizo la rotonda en la que se quedó girando, incapaz de seguir adelante. Habiendo fallado a Ren, habiendose fallado a sí misma y habiendole fallado a la villa. Pero volvió a seguir adelante, porque no podía dejar que el resto se jugasen la vida mientras ella lloriqueaba como una niña.
Y ahora se abría otro camino en la primera rotonda, una segunda salida. Pero ella estaba ya muy lejos de eso, ¿no? ¿Cómo iba a volver? ¿Qué pasaría si volvía? ¿Cual era siquiera el camino que estaba tomando? ¿Donde acababa? ¿Acaso era mejor ese camino que el que le pudiese dar su padre? ¿Era su padre? ¿Y si no?
Toda esa tensión no le dejaba abrir los ojos, no la dejaba levantarse, no sabía qué hacer.