23/04/2022, 09:42
Hana, o más bien su mente, decidió combatir la tristeza y la ansiedad como lo había hecho hasta ahora. Con un absurdo capricho nacido de la nada, esta vez en algo que ni veía ni se había mencionado, pero que se le antojaba.
— Quiero chocolate. — espetó contra el pecho de Ren.
Entonces empezó la cuenta atrás. Si Ren no le traía el chocolate empezaría a quejarse y a repetirse lo hasta que se lo trajese. Y tampoco quería dejar de abrazarla, ni tenía ninguna intención de hacerlo. Era su almohada.
— Quiero chocolate. — espetó contra el pecho de Ren.
Entonces empezó la cuenta atrás. Si Ren no le traía el chocolate empezaría a quejarse y a repetirse lo hasta que se lo trajese. Y tampoco quería dejar de abrazarla, ni tenía ninguna intención de hacerlo. Era su almohada.