1/05/2022, 16:31
— P-Pues... N-No lo sé... C-Creo que también fue durante los dojos cuando se intensificó este sentimiento. Pero no sabría decirte con exactitud el día en el que empezaste a gustarme tanto...
— ¡Eso es lo que he dicho yo! No vale repetir.
Lo que Ren dijo a continuación se paseó por la mente de Hana más de lo que debería. ¿Cambiaría ella el tiempo que había pasado escondida? Sí, por eso había cambiado, porque se arrepentía de lo que había pasado y a cómo había reaccionado. Puede que no cambiase lo que había hecho en el valle, en el atentado, pero tenía que mostrar más entereza y defender sus acciones, aunque se equivocase.
La decisión de proteger a Ren por encima de vidas civiles, o incluso por encima de Ranko, había sido una decisión egoista y reprochable. Sin embargo, la había tomado. Y no podía decir con seguridad que no volvería a tomarla.
— Pero no lo cambiaría por nada del mundo... Porque eso es lo que nos ha llevado a como estamos ahora, y es lo único que deseo. Estar contigo.
Hana empezó a golpearle el hombro sin fuerza, terriblemente avergonzada.
— Deja de decir esas cosas como si nada. ¡Qué vergüenza! — escondió su rostro contra el mismo hombro que acababa de golpear.
— ¡Eso es lo que he dicho yo! No vale repetir.
Lo que Ren dijo a continuación se paseó por la mente de Hana más de lo que debería. ¿Cambiaría ella el tiempo que había pasado escondida? Sí, por eso había cambiado, porque se arrepentía de lo que había pasado y a cómo había reaccionado. Puede que no cambiase lo que había hecho en el valle, en el atentado, pero tenía que mostrar más entereza y defender sus acciones, aunque se equivocase.
La decisión de proteger a Ren por encima de vidas civiles, o incluso por encima de Ranko, había sido una decisión egoista y reprochable. Sin embargo, la había tomado. Y no podía decir con seguridad que no volvería a tomarla.
— Pero no lo cambiaría por nada del mundo... Porque eso es lo que nos ha llevado a como estamos ahora, y es lo único que deseo. Estar contigo.
Hana empezó a golpearle el hombro sin fuerza, terriblemente avergonzada.
— Deja de decir esas cosas como si nada. ¡Qué vergüenza! — escondió su rostro contra el mismo hombro que acababa de golpear.