2/05/2022, 20:43
Ren estaba dispuesta a darle un infarto a Hana. Parecía su única meta en la vida. La agarró en uno de sus golpes y la acercó para seguir avergonzandola en susurros.
—. ¿No te gusta que te diga cosas bonitas? ¿No es eso lo que le gusta a las chicas de la realeza? Que las alaben y las exalten, como los ángeles caídos del cielo que son
Ya casi era imposible saber si Hana se sonrojaba más con cada palabra y había alcanzado el rojo primigenio en sus mejillas. Miró a un lado y al otro para asegurarse de que nadie las estaba escuchando.
— Es que es vergonzoso cuando lo dices en publico. — contestó en un susurro mientras hacía pucheros. — Además, solo lo dices para sonrojarme, estás exagerandolo todo.
Claro que le gustaba, sentía un calor que no había sentido en mucho tiempo, el calor de sentirse querida. Sin embargo, era demasiado de golpe, sentía que se mareaba con cada nuevo halago que Ren le ofrecía. Su tacto, su olor, su voz, todo parecía mucho más intenso de repente. Y la desvergüenza de su novia no la ayudaba.
— Pero a mi me encanta esta cara de la princesa. Esta cara de la que únicamente yo puedo disfrutar y gozar. Solo espero poder ver más expresiones así, o en su defecto, otras que me gusten y apasionen igual
Ahí ya, no supo que responder, si es que había siquiera una respuesta. Y cuando Ren la besó, le fallaron las piernas. Se apoyó en la morena, practicamente cayendole encima, y hundió el rostro contra ella.
— Baka-Ren — dijo con la cabeza hundida en su pecho, demasiado avergonzada para mirarla directamente.
—. ¿No te gusta que te diga cosas bonitas? ¿No es eso lo que le gusta a las chicas de la realeza? Que las alaben y las exalten, como los ángeles caídos del cielo que son
Ya casi era imposible saber si Hana se sonrojaba más con cada palabra y había alcanzado el rojo primigenio en sus mejillas. Miró a un lado y al otro para asegurarse de que nadie las estaba escuchando.
— Es que es vergonzoso cuando lo dices en publico. — contestó en un susurro mientras hacía pucheros. — Además, solo lo dices para sonrojarme, estás exagerandolo todo.
Claro que le gustaba, sentía un calor que no había sentido en mucho tiempo, el calor de sentirse querida. Sin embargo, era demasiado de golpe, sentía que se mareaba con cada nuevo halago que Ren le ofrecía. Su tacto, su olor, su voz, todo parecía mucho más intenso de repente. Y la desvergüenza de su novia no la ayudaba.
— Pero a mi me encanta esta cara de la princesa. Esta cara de la que únicamente yo puedo disfrutar y gozar. Solo espero poder ver más expresiones así, o en su defecto, otras que me gusten y apasionen igual
Ahí ya, no supo que responder, si es que había siquiera una respuesta. Y cuando Ren la besó, le fallaron las piernas. Se apoyó en la morena, practicamente cayendole encima, y hundió el rostro contra ella.
— Baka-Ren — dijo con la cabeza hundida en su pecho, demasiado avergonzada para mirarla directamente.