3/05/2022, 23:29
Su mirada pasaba por las vainas coloridas de un lado a otro, y de la misma forma lo hacía en los aceros que reflejaban parte de la luz de la estancia. Realmente la conversación y el tonteo que estaban haciendo las dos no era lo que uno se esperaba en una tienda así.
En las novelas, series y mangas que Ren había leído, muchas veces las armas eran forjadas a medida del que iba a usarlas. En ocasiones era un maestro herrero quien las hacía, con una enorme experiencia que le respaldaba saber como debía de forjar el arma, que materiales emplear, que peso darle e incluso que adornos ponerle dependiendo de la persona. Otras veces ese maestro herrero se negaba a forjarla y debían hacerla por su cuenta bajo unas estrictas directrices que duraban meses. O les obligaba a hacer un entrenamiento o tareas comunes que luego servirían para blandir el arma. Pero todo eso era fantasía, ¿no?
— U-Uhm... Son todas iguales, ¿no? No debería ser algo... ¿Más especial? No sé, es un arma que voy a blandir toda mi vida — le murmuraba a Hana, con una mano en la boca —. Ahora que lo pienso, Nanashi no me dijo tampoco de donde provenía su arma. Podría haber sido una cualquiera... Pero el caso es que es importante, es el alma del samurái
Decía divagando, pero hablándole a Hana de sus preocupaciones estúpidas.
En las novelas, series y mangas que Ren había leído, muchas veces las armas eran forjadas a medida del que iba a usarlas. En ocasiones era un maestro herrero quien las hacía, con una enorme experiencia que le respaldaba saber como debía de forjar el arma, que materiales emplear, que peso darle e incluso que adornos ponerle dependiendo de la persona. Otras veces ese maestro herrero se negaba a forjarla y debían hacerla por su cuenta bajo unas estrictas directrices que duraban meses. O les obligaba a hacer un entrenamiento o tareas comunes que luego servirían para blandir el arma. Pero todo eso era fantasía, ¿no?
— U-Uhm... Son todas iguales, ¿no? No debería ser algo... ¿Más especial? No sé, es un arma que voy a blandir toda mi vida — le murmuraba a Hana, con una mano en la boca —. Ahora que lo pienso, Nanashi no me dijo tampoco de donde provenía su arma. Podría haber sido una cualquiera... Pero el caso es que es importante, es el alma del samurái
Decía divagando, pero hablándole a Hana de sus preocupaciones estúpidas.