4/05/2022, 23:53
Ren se quedó un rato mirando las armas, pero sin mover la mirada del sitio y sin parpadear siquiera. Joder, Hana tenía más razón que un santo. ¿Cómo no había caído en algo tan simple? Encima eso sonaba putamente espectacular. Una espada hecha a su medida por un genio herrero capaz de cortar cualquier cosa con un simple gesto de lo afilada que estaba.
— ¡Tienes razón, como no había caído en algo tan simple! — Dijo cogiéndola de cada una de sus manos con las suyas —. Aunque si es a medida, tendré que ahorrar un buen pellizco. A lo mejor le puedo pedir algo prestado a Nanashi u Oda...
Y al levantar la mirada, fue cuando vio una vaina completamente blanca. Los detalles de la tela en su mango, así como los remaches metálicos y el guardamano, también eran de diferentes tonos blancos. Ren la cogió con ambas manos, para desenvainarla con cuidado y descubrir que la hoja también era del mismo tono.
— Esta es bonita, ¿no te lo parece? — dijo mostrándosela a Hana, pero sin terminar de desenvainarla entera.
— ¡Tienes razón, como no había caído en algo tan simple! — Dijo cogiéndola de cada una de sus manos con las suyas —. Aunque si es a medida, tendré que ahorrar un buen pellizco. A lo mejor le puedo pedir algo prestado a Nanashi u Oda...
Y al levantar la mirada, fue cuando vio una vaina completamente blanca. Los detalles de la tela en su mango, así como los remaches metálicos y el guardamano, también eran de diferentes tonos blancos. Ren la cogió con ambas manos, para desenvainarla con cuidado y descubrir que la hoja también era del mismo tono.
— Esta es bonita, ¿no te lo parece? — dijo mostrándosela a Hana, pero sin terminar de desenvainarla entera.