19/05/2022, 00:16
Algunas reacciones ya las había previsto. La incredulidad. Los atragantamientos. La llamada momentánea a las armas. Pero que le llamasen "ninja malvado"... Oh, no, eso sí que no se lo había visto venir.
Se aguantó la risa como pudo.
—Yo también me alegro de veros —comentó, con sus ojos posándose primero en Hana, luego en Umi. Pero la pregunta de Hana se repitió en los labios de unos pocos más, e intuyó que en la mente de otros tantos. Si bien Natsu trató de defenderle, algunos iban a necesitar algo más—. La villa está en buenas manos. Uchiha Raito está haciéndose pasar por mí, Kurama no sabrá que Uzushiogakure no cuenta con su Kage hasta que sea demasiado tarde para él. Raito, Uzumaki Eri... son muchos los ninjas poderosos que velan por nuestro hogar. Confiemos en ellos. Sé que no es lo habitual que un Kage salga de la villa —aunque ellos ya lo sabían: Datsue no encajaba en la etiqueta de Kage habitual—, pero el día de mi nombramiento, os hice una promesa. Una que no puedo cumplir sentado detrás de un escritorio.
Ojalá pudiese hacerlo desde allí. Nunca había sido muy proclive a jugarse el pellejo, ni mucho menos. Eso se lo dejaba a los héroes. Él solo luchaba por su familia. Sus amigos. Solo por ellos. Hubo un tiempo en el que eso le incluía a él, al dinero, y a nada más en absoluto. Sus problemas habían empezado cuando el pequeño grupo fue ampliándose hasta el despropósito que era hoy en día desde que le habían nombrado Uzukage.
Aclarado aquel punto, se produjeron unas voces que ponían en duda su identidad. Suzaku, Hayato y algunos más lo preguntaron abiertamente. Lo cierto es que se alegró de que sucediese. Consideraba el escepticismo, en su justa medida, como una virtud en un ninja.
—Os he entrevistado privadamente a muchos de vosotros. Podría... Bueno, no. Dudo que queráis que revele los detalles de nuestras conversaciones. —Desechado aquello, solo le quedaba una cosa para probar que era él, entonces, y eso era demostrar que no solo era él. Cerró los ojos por un instante, dejando que la energía de Shukaku fluyese por su ser. Unas líneas de arena se formaron a su alrededor girando en espiral. De la raíz a la punta, gradualmente, su cabello se volvió del color de la arena. Cuando abrió los ojos, su esclerótica era negra y sus iris dorados, con la pupila estrellada—. Espero que esto sea prueba suficiente.
»Ahora, a la misión. Sí, lo sé. La tormenta es más grande de lo que nadie había predicho. Os seré franco, si hay alguien que no se sienta capacitado para llegar a tierra... Si quiere, puede quedarse aquí. El barco necesita de alguien para protegerlo hasta nuestra vuelta, ¿hmm? No os lo echaré en cara.
»Al resto... seguidme.
Ya arriba en la cubierta, el temporal continuaba haciendo estragos. La playa, a lo lejos, parecía la meta de una carrera llena de obstáculos y trampas mortales. Joder, hasta el propio Datsue estaba nervioso por meterse allí. Pero él no podía mostrarlo. Ni un ápice.
«Esto va a costar. ¿Estás preparado, Shukaku?»
El Uchiha tomó eso como un sí, y salto al palo mayor mientras ejecutaba el sello del carnero. Fue entonces cuando sucedió algo al alcance de tan solo un Jinchūriki. De incontables nubes de humo a lo largo de todas las velas del barco, surgieron más de una veintena de Kage Bunshins.
—¡Mis espadas! ¡Mis uzujines! —gritaron los veinticinco Datsues al unísono—. !Y mis cerezos silvestres! —gritó uno por su cuenta—. ¡Es la hora! ¡Lleváis toda vuestra vida entrenando para esto sin daros cuenta! ¡Cada vez que jugabais entre las olas del Remolino, cada excursión de la Academia para luchar en las costas! ¡Habéis nacido para esto! ¡Cada paso en vuestra vida os ha conducido a este momento! ¡Recordadlo bien, porque los bardos cantarán sobre esta noche sobre los siglos de los siglos!
»¡La noche en que hicimos lo imposible!
»¡La noche en que demostramos al mundo que el mar nos pertenece!
»¡No temáis a las tormentas y el océano, Susano'o está de nuestra parte!
»¡¡¡UZUJIIINEEESSS!!! ¡¡¡ES LA HORA DE HACER HISTORIA!!!
» ¡¡¡VAAAMOOOOSSSS!!!
Se aguantó la risa como pudo.
—Yo también me alegro de veros —comentó, con sus ojos posándose primero en Hana, luego en Umi. Pero la pregunta de Hana se repitió en los labios de unos pocos más, e intuyó que en la mente de otros tantos. Si bien Natsu trató de defenderle, algunos iban a necesitar algo más—. La villa está en buenas manos. Uchiha Raito está haciéndose pasar por mí, Kurama no sabrá que Uzushiogakure no cuenta con su Kage hasta que sea demasiado tarde para él. Raito, Uzumaki Eri... son muchos los ninjas poderosos que velan por nuestro hogar. Confiemos en ellos. Sé que no es lo habitual que un Kage salga de la villa —aunque ellos ya lo sabían: Datsue no encajaba en la etiqueta de Kage habitual—, pero el día de mi nombramiento, os hice una promesa. Una que no puedo cumplir sentado detrás de un escritorio.
Ojalá pudiese hacerlo desde allí. Nunca había sido muy proclive a jugarse el pellejo, ni mucho menos. Eso se lo dejaba a los héroes. Él solo luchaba por su familia. Sus amigos. Solo por ellos. Hubo un tiempo en el que eso le incluía a él, al dinero, y a nada más en absoluto. Sus problemas habían empezado cuando el pequeño grupo fue ampliándose hasta el despropósito que era hoy en día desde que le habían nombrado Uzukage.
Aclarado aquel punto, se produjeron unas voces que ponían en duda su identidad. Suzaku, Hayato y algunos más lo preguntaron abiertamente. Lo cierto es que se alegró de que sucediese. Consideraba el escepticismo, en su justa medida, como una virtud en un ninja.
—Os he entrevistado privadamente a muchos de vosotros. Podría... Bueno, no. Dudo que queráis que revele los detalles de nuestras conversaciones. —Desechado aquello, solo le quedaba una cosa para probar que era él, entonces, y eso era demostrar que no solo era él. Cerró los ojos por un instante, dejando que la energía de Shukaku fluyese por su ser. Unas líneas de arena se formaron a su alrededor girando en espiral. De la raíz a la punta, gradualmente, su cabello se volvió del color de la arena. Cuando abrió los ojos, su esclerótica era negra y sus iris dorados, con la pupila estrellada—. Espero que esto sea prueba suficiente.
»Ahora, a la misión. Sí, lo sé. La tormenta es más grande de lo que nadie había predicho. Os seré franco, si hay alguien que no se sienta capacitado para llegar a tierra... Si quiere, puede quedarse aquí. El barco necesita de alguien para protegerlo hasta nuestra vuelta, ¿hmm? No os lo echaré en cara.
»Al resto... seguidme.
Ya arriba en la cubierta, el temporal continuaba haciendo estragos. La playa, a lo lejos, parecía la meta de una carrera llena de obstáculos y trampas mortales. Joder, hasta el propio Datsue estaba nervioso por meterse allí. Pero él no podía mostrarlo. Ni un ápice.
«Esto va a costar. ¿Estás preparado, Shukaku?»
«¡Jaaaaa! ¿Por quién me tomas»
El Uchiha tomó eso como un sí, y salto al palo mayor mientras ejecutaba el sello del carnero. Fue entonces cuando sucedió algo al alcance de tan solo un Jinchūriki. De incontables nubes de humo a lo largo de todas las velas del barco, surgieron más de una veintena de Kage Bunshins.
—¡Mis espadas! ¡Mis uzujines! —gritaron los veinticinco Datsues al unísono—. !Y mis cerezos silvestres! —gritó uno por su cuenta—. ¡Es la hora! ¡Lleváis toda vuestra vida entrenando para esto sin daros cuenta! ¡Cada vez que jugabais entre las olas del Remolino, cada excursión de la Academia para luchar en las costas! ¡Habéis nacido para esto! ¡Cada paso en vuestra vida os ha conducido a este momento! ¡Recordadlo bien, porque los bardos cantarán sobre esta noche sobre los siglos de los siglos!
»¡La noche en que hicimos lo imposible!
»¡La noche en que demostramos al mundo que el mar nos pertenece!
»¡No temáis a las tormentas y el océano, Susano'o está de nuestra parte!
»¡¡¡UZUJIIINEEESSS!!! ¡¡¡ES LA HORA DE HACER HISTORIA!!!
» ¡¡¡VAAAMOOOOSSSS!!!
![[Imagen: ksQJqx9.png]](https://i.imgur.com/ksQJqx9.png)
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado