21/05/2022, 18:52
Totalmente ausente de lo que estaba sucediendo con la habitación, de la fiesta de espuma que la marioneta se habría encargado de armar para él y su maestro, Yamanouchi supervisaba el correcto desagote de aquella morbosa cubeta de sangre. Visto desde afuera podría parecer que la muchacha no estaba haciendo mucho, pero realmente lo último que quería hacer era tener que limpiar una sala de limpieza, donde todos los elementos de limpieza estaban almacenados, de una inundación de sangre podrida.
Al cabo de un momento, el lavabo estaba despejado de sangre, solo restaba limpiar el balde propiamente dicho, lo cuál se dispondría hacer mientras la otra habitación era despejada del jabón.
Uno lee sobre estas cosas pero jamás es lo mismo experimentarlo en carne propia...
Reflexionaba mientras frotaba con una esponja y jabón desinfectante la superficie metálica de aquel balde.
Al cabo de un rato la kunoichi haría acto de presencia en la sala, con un balde limpio disponible para usar.
Señorita Moguko, fue el término que su compañero usaría, y eso le haría cosquillas en su interior, le agradaba que la gente respetase las formas.
—¡Excelente trabajo están haciendo! Por cierto, este balde esta disponible.
Con una ligera sonrisa en el rostro levantaría el balde para que pudiese observarlo brillante de limpio y prácticamente libre de olores desagradables.
El marionetista se encargaría de terminar de poner en orden las partes restantes de la habitación antes de sellarla.
—Oh... si, el barro.
Al aproximarse a la entrada de la habitación, el cambio de ecosistema incluso llegaría a poder ser una referencia a las habitaciones del Torreón que emulaban diferentes escenarios de entrenamiento.
—Voy a buscar un balde más para hacer más rápido esto...
Diría dejando el balde junto a su compañero y corriendo hasta la sala de limpieza. El acceso a agua limpia no sería problema por la proximidad al grifo, pero con mas baldes la cosa iría mas fluida.
—Está lleno de hojas y ramas... ¿Qué podría haber sucedido?
Opinó en voz alta mientras se aproximaba hasta el lavabo para llenar con agua limpia los baldes y tenerlos disponibles para su compañero.
Al cabo de un momento, el lavabo estaba despejado de sangre, solo restaba limpiar el balde propiamente dicho, lo cuál se dispondría hacer mientras la otra habitación era despejada del jabón.
Uno lee sobre estas cosas pero jamás es lo mismo experimentarlo en carne propia...
Reflexionaba mientras frotaba con una esponja y jabón desinfectante la superficie metálica de aquel balde.
Al cabo de un rato la kunoichi haría acto de presencia en la sala, con un balde limpio disponible para usar.
Señorita Moguko, fue el término que su compañero usaría, y eso le haría cosquillas en su interior, le agradaba que la gente respetase las formas.
—¡Excelente trabajo están haciendo! Por cierto, este balde esta disponible.
Con una ligera sonrisa en el rostro levantaría el balde para que pudiese observarlo brillante de limpio y prácticamente libre de olores desagradables.
El marionetista se encargaría de terminar de poner en orden las partes restantes de la habitación antes de sellarla.
—Oh... si, el barro.
Al aproximarse a la entrada de la habitación, el cambio de ecosistema incluso llegaría a poder ser una referencia a las habitaciones del Torreón que emulaban diferentes escenarios de entrenamiento.
—Voy a buscar un balde más para hacer más rápido esto...
Diría dejando el balde junto a su compañero y corriendo hasta la sala de limpieza. El acceso a agua limpia no sería problema por la proximidad al grifo, pero con mas baldes la cosa iría mas fluida.
—Está lleno de hojas y ramas... ¿Qué podría haber sucedido?
Opinó en voz alta mientras se aproximaba hasta el lavabo para llenar con agua limpia los baldes y tenerlos disponibles para su compañero.