22/05/2022, 00:20
Arata respondió de forma negativa a la interrogativa de la kunoichi. Pero aún así le dio un bocado de información sobre la marioneta, o mejor dicho marionetas, de sus padres y el negocio familiar.
—Es una forma particular de llevar armamento, Ichikawa-san. Voy a tomar nota de ese comentario.
Diría para luego dejar escapar una breve risa.
—Vaya coincidencia, mi familia también se dedica a comerciar armamento hoy en día.
La sala iba quedando más y más en orden, había que recoger todo el montón de hojas en una bolsa y apartarla para su posterior despacho. Ante la consulta de su compañero, no podría hacer otra cosa que asentir con un gesto leve de su cabeza y procurar conseguir una bolsa lo suficientemente grande para meter toda la basura en su interior.
Al cabo de un instante, regresó con la bolsa y comenzó a llenarla con los restos de vegetación. La marioneta en el interior de la sala estaba haciendo de las suyas, terminando el trabajo sucio. Todo marchaba viento en popa.
—Voy a llevar esta basura al principio del pasillo y regreso.
Exclamaría para después darse a la tarea de, efectivamente, llevar la basura. En el camino una duda le surgiría. Existían dos marionetas, pero solo había una en acción. ¿Sería acaso que solo podía manipular una?¿Solo había traído una ese día?¿O era una suerte de situación diferente?
Se reincorporaría al cabo de un instante en la próxima sala. Donde echaría un ojo al interior, constatando lo que había en su interior.
—No hay ninguna sala tranquila aparentemente, todas tienen una historia que contar.
Exclamaría aventurándose en su interior.
—¡Juntaré la vegetación!
—Es una forma particular de llevar armamento, Ichikawa-san. Voy a tomar nota de ese comentario.
Diría para luego dejar escapar una breve risa.
—Vaya coincidencia, mi familia también se dedica a comerciar armamento hoy en día.
La sala iba quedando más y más en orden, había que recoger todo el montón de hojas en una bolsa y apartarla para su posterior despacho. Ante la consulta de su compañero, no podría hacer otra cosa que asentir con un gesto leve de su cabeza y procurar conseguir una bolsa lo suficientemente grande para meter toda la basura en su interior.
Al cabo de un instante, regresó con la bolsa y comenzó a llenarla con los restos de vegetación. La marioneta en el interior de la sala estaba haciendo de las suyas, terminando el trabajo sucio. Todo marchaba viento en popa.
—Voy a llevar esta basura al principio del pasillo y regreso.
Exclamaría para después darse a la tarea de, efectivamente, llevar la basura. En el camino una duda le surgiría. Existían dos marionetas, pero solo había una en acción. ¿Sería acaso que solo podía manipular una?¿Solo había traído una ese día?¿O era una suerte de situación diferente?
Se reincorporaría al cabo de un instante en la próxima sala. Donde echaría un ojo al interior, constatando lo que había en su interior.
—No hay ninguna sala tranquila aparentemente, todas tienen una historia que contar.
Exclamaría aventurándose en su interior.
—¡Juntaré la vegetación!