27/05/2022, 13:24
La propuesta de la kunoichi se establecía para la semana siguiente, al menos en tiempo. Moguko hizo un repaso rápido de sus planes y concluyó que al cabo de una semana no tendría problema alguno de presentarse en aquel lugar nuevamente.
—¡Si, la semana que viene sería perfecto!
Comentaría con la mejor predisposición del mundo y una ligera sonrisa en el rostro.
Sayori se tomó un momento entonces, tomó su papel y le dedicó un instante de su vida para hacer algo con él. ¿Repasarlo? De una forma u otra fue la excusa que tomó para pensar las cosas por un instante, gesto que no pasaría desapercibido por la médica pero que sin duda alguna no tenía intenciones de interrumpir.
—Cada quien tenía su forma de hacer las cosas a fin de cuentas.
Luego de agregar un comentario, se le extendería la nota. Esta ahora había dejado de ser un mero listado de ingredientes y pasos a seguir para la preparación de una excelente comida para un frío día de Invierno, sino que ahora era la invitación a un encuentro. Encuentro que tenía como lugar la vivienda de la propia Yuki Sayori.
—Venta y reparación de armas shinobi...
Susurraría leyendo la información del papel que le habían entregado. Seguidamente lo almacenaría con cuidado en el interior de uno de sus bolsillos.
—La semana que viene me presentaré en ese lugar entonces.
Diría con una ligera sonrisa en el rostro.
—¿Ahí es donde vives?
Consultaría con ligera curiosidad. ¿Sería posible que esa tímida muchacha estuviese invitando a la médica a ir directamente a su hogar?
—¡Si, la semana que viene sería perfecto!
Comentaría con la mejor predisposición del mundo y una ligera sonrisa en el rostro.
Sayori se tomó un momento entonces, tomó su papel y le dedicó un instante de su vida para hacer algo con él. ¿Repasarlo? De una forma u otra fue la excusa que tomó para pensar las cosas por un instante, gesto que no pasaría desapercibido por la médica pero que sin duda alguna no tenía intenciones de interrumpir.
—Cada quien tenía su forma de hacer las cosas a fin de cuentas.
Luego de agregar un comentario, se le extendería la nota. Esta ahora había dejado de ser un mero listado de ingredientes y pasos a seguir para la preparación de una excelente comida para un frío día de Invierno, sino que ahora era la invitación a un encuentro. Encuentro que tenía como lugar la vivienda de la propia Yuki Sayori.
—Venta y reparación de armas shinobi...
Susurraría leyendo la información del papel que le habían entregado. Seguidamente lo almacenaría con cuidado en el interior de uno de sus bolsillos.
—La semana que viene me presentaré en ese lugar entonces.
Diría con una ligera sonrisa en el rostro.
—¿Ahí es donde vives?
Consultaría con ligera curiosidad. ¿Sería posible que esa tímida muchacha estuviese invitando a la médica a ir directamente a su hogar?