31/05/2022, 19:47
El nombre de la kunoichi resonó en la memoria del herrero, quien despues de unos segundos de pensarlo, pareció dar en su cabeza con el recuerdo que buscaba. El mismo parecía llevarle hasta un bien material bastante tangible y posiblemente igual de afilado, en forma de un sable con empuñadura roja y funda morada.
—¿Una espada de mi familia?
No pudo evitar ladear ligeramente la cabeza ante la pregunta del barbudo. Se ajustó los lentes mientras llevaba su mirada hacia el lugar donde se suponía que debía estar dicha espada. Era evidente que la visión no era el mejor de los sentidos de la chica, pero era lo suficientemente bueno como para distinguir objetos que le resultaban familiares, como podría ser justamente un arma de su familia.
—Si, lo confirmo.
Constató sin perder la oportunidad de echarle un ojo a la colección que rodeaba a aquella existencia conocida.
—¿Está coleccionando armas de todas las familias de la aldea, Hirohito-san?
No pudo evitar consultar mientras se giraba en dirección al hombre.
—¿Una espada de mi familia?
No pudo evitar ladear ligeramente la cabeza ante la pregunta del barbudo. Se ajustó los lentes mientras llevaba su mirada hacia el lugar donde se suponía que debía estar dicha espada. Era evidente que la visión no era el mejor de los sentidos de la chica, pero era lo suficientemente bueno como para distinguir objetos que le resultaban familiares, como podría ser justamente un arma de su familia.
—Si, lo confirmo.
Constató sin perder la oportunidad de echarle un ojo a la colección que rodeaba a aquella existencia conocida.
—¿Está coleccionando armas de todas las familias de la aldea, Hirohito-san?
No pudo evitar consultar mientras se giraba en dirección al hombre.