5/06/2022, 06:24
Ciertamente cuando planeas algo, muchas veces el resultado final no es como en el papel. En este caso la idea de infiltrarse sigilosamente terminó en varios genins a punto de ahogarse, siendo que sin la ayuda del Uzukage la cosa hubiera terminado mucho antes de empezar que para algunos. Pero por lo menos el resto de las cosas parecían ir bastante bien respecto a la información que tenían. No había guardias, siendo que la mayoría vigilarían el puerto y no la costa lejana. No habría rastro de chakra alguno, tal y como Neiru, la informante de esa misión, había predicho.
La playa no tenía demasiadas cosas llamativas, a menos que alguien tuviese una pasión por contar los infinitos granos de arena de ella. Lo que si llamaría su atención sería uno de los tantos e imponentes acantilados propios del País del Rayo delante de ellos, alzándose ominosamente en la oscuridad, siendo que ese sería el segundo obstáculo que debían sortear. La lluvia y el viento no parecían que fueran a amainar demasiado pronto en esos momentos.
—Escuadrón 42, ¡reúnanse! — Dijo la mujer al lado de Hana, dedicándole una leve sonrisa a la rubia antes de volverse al frente. —Escuchen, a partir de este punto, aunque ya lo saben, estamos en territorio enemigo— Respiró agitada, pues incluso ella a ella le había arrollado la fuerza de la ola y no era tan fácil recuperarse. —Al igual que como avanzamos por el mar, ahora lo haremos por las rocas. Escalaremos el acantilado con el uso del chakra — puso los brazos en jarra. —Creo que lo mejor será mantenernos en parejas al igual que cuando saltamos al mar, para evitar que alguien termine cayendo al vacío. Ante todo, manténganse SIEMPRE juntos; no se desesperen ni dejen a su compañero atrás. Si no se sienten muy seguros de sí mismos, les recomiendo usar kunai e hilo shinobi para crear puntos de anclaje al escalar y evitar accidentes, pues puede que el viento y la tormenta nos causen algunos problemas.
Neiru de pronto sonrió, e hizo algunos sellos. Sus pies de pronto se separaron del suelo, haciéndola flotar a escasos centímetros de este.
—Y los que tengan otros métodos para subir, también pueden hacer uso de ellos, siempre y cuando cumplan la regla de no separarse de su compañero. Según nuestros reportes de inteligencia, cuanto lleguemos a la cima encontraremos la muralla que bloquea la entrada a la capital. El claro está algo expuesto sin vegetación que nos oculte, pero nuestro espía es el vigía encargado de este sector, así que nuestro trabajo por el momento se resume a continuar avanzando en silencio hasta adentrarnos en la villa, ya que se nos facilitará el acceso — Neiru observaba a todos y cada uno de sus empapados genin. —¡Partiremos a la señal de Uzukage-sama!
Neiru entonces se giró a Hana.
—Ven — Sonrió, e hizo de nuevo los mismos sellos de antes de tenderle la mano. Al tomar la mano de su capitana, Hana se sentiría muchísimo más ligera (Agilidad+20), lo suficiente para salir flotando como un globo.
Mientras todos los demás se preparaban o pensaban en como subir, un fuerte ventarrón soplaría desde el mar, como si la lluvia quisiera seguir amenazándoles de que no se habían librado aún de ella. El acantilado era fácilmente de medio kilómetro de altura, además de ser casi completamente vertical. No sería un trayecto corto precisamente.
La playa no tenía demasiadas cosas llamativas, a menos que alguien tuviese una pasión por contar los infinitos granos de arena de ella. Lo que si llamaría su atención sería uno de los tantos e imponentes acantilados propios del País del Rayo delante de ellos, alzándose ominosamente en la oscuridad, siendo que ese sería el segundo obstáculo que debían sortear. La lluvia y el viento no parecían que fueran a amainar demasiado pronto en esos momentos.
—Escuadrón 42, ¡reúnanse! — Dijo la mujer al lado de Hana, dedicándole una leve sonrisa a la rubia antes de volverse al frente. —Escuchen, a partir de este punto, aunque ya lo saben, estamos en territorio enemigo— Respiró agitada, pues incluso ella a ella le había arrollado la fuerza de la ola y no era tan fácil recuperarse. —Al igual que como avanzamos por el mar, ahora lo haremos por las rocas. Escalaremos el acantilado con el uso del chakra — puso los brazos en jarra. —Creo que lo mejor será mantenernos en parejas al igual que cuando saltamos al mar, para evitar que alguien termine cayendo al vacío. Ante todo, manténganse SIEMPRE juntos; no se desesperen ni dejen a su compañero atrás. Si no se sienten muy seguros de sí mismos, les recomiendo usar kunai e hilo shinobi para crear puntos de anclaje al escalar y evitar accidentes, pues puede que el viento y la tormenta nos causen algunos problemas.
Neiru de pronto sonrió, e hizo algunos sellos. Sus pies de pronto se separaron del suelo, haciéndola flotar a escasos centímetros de este.
—Y los que tengan otros métodos para subir, también pueden hacer uso de ellos, siempre y cuando cumplan la regla de no separarse de su compañero. Según nuestros reportes de inteligencia, cuanto lleguemos a la cima encontraremos la muralla que bloquea la entrada a la capital. El claro está algo expuesto sin vegetación que nos oculte, pero nuestro espía es el vigía encargado de este sector, así que nuestro trabajo por el momento se resume a continuar avanzando en silencio hasta adentrarnos en la villa, ya que se nos facilitará el acceso — Neiru observaba a todos y cada uno de sus empapados genin. —¡Partiremos a la señal de Uzukage-sama!
Neiru entonces se giró a Hana.
—Ven — Sonrió, e hizo de nuevo los mismos sellos de antes de tenderle la mano. Al tomar la mano de su capitana, Hana se sentiría muchísimo más ligera (Agilidad+20), lo suficiente para salir flotando como un globo.
Mientras todos los demás se preparaban o pensaban en como subir, un fuerte ventarrón soplaría desde el mar, como si la lluvia quisiera seguir amenazándoles de que no se habían librado aún de ella. El acantilado era fácilmente de medio kilómetro de altura, además de ser casi completamente vertical. No sería un trayecto corto precisamente.