5/06/2022, 19:36
La antisocial Sayori había empuñado el arma y se había dispuesto a manipularla para saciar tanto como le fuese posible su curiosidad. Desde luego, siendo una fanática de las armas como ella, la médica se deleitaba de poder proveer aquella clase de entretenimiento para su recién conocida. La sintió con ambas manos e incluso lanzó algunos movimientos contra el aire. Lo más sincero y especial que podía llegar a tener aquella espada, más allá de ese color particular, era que no tenía nada destacable, era una común y corriente hoja, y eso podía resultar muy bien en más de una ocasión.
—Como ninjas no deberíamos estar apegados a los objetos materiales, pero lo cierto es que aprecio mucho esta espada. Es mi tesoro.
Comentaría con una leve sonrisa culposa en el rostro. No pudo evitar confiarle aquel pequeño secreto a la muchacha.
La kunoichi acompañaría a la Yuki en su estiramiento, calentando un poco más sus extremidades más allá de lo que habría permitido esa caminata que había hecho. De haber tenido una espada de madera a mano, le habría encantado poder hacer unos abanicos de práctica.
—¿Cómo te gustaría que arranquemos? ¿Con o sin armas primero?
Consultaría la muchacha ajustándose los lentes con una mano mientras apoyaba la otra en su cinturón.
—Como ninjas no deberíamos estar apegados a los objetos materiales, pero lo cierto es que aprecio mucho esta espada. Es mi tesoro.
Comentaría con una leve sonrisa culposa en el rostro. No pudo evitar confiarle aquel pequeño secreto a la muchacha.
La kunoichi acompañaría a la Yuki en su estiramiento, calentando un poco más sus extremidades más allá de lo que habría permitido esa caminata que había hecho. De haber tenido una espada de madera a mano, le habría encantado poder hacer unos abanicos de práctica.
—¿Cómo te gustaría que arranquemos? ¿Con o sin armas primero?
Consultaría la muchacha ajustándose los lentes con una mano mientras apoyaba la otra en su cinturón.